miércoles, 30 de diciembre de 2009

26.Huida

-Meg, quiero regresarme hoy- anuncié en cuanto entraron a la casa
Ian, cargaba a Aly en sus brazos, aun sorprendido por su radical cambio vestimenta.
-Bueno, pero... ¿Por qué tan pronto?
-Bueno es que…- luchaba por recordar cuál sería mi escusa- Es que Ann va a dar una súper pijamada y me gustaría ir, es esta noche.
No era buena idea meter a Annie en esto pero era lo único que se me había ocurrido para poder irme.
Se quedaron pensativos, dudaban un poco, yo intentaba dar mi mejor cara para que vieran que en verdad quería irme
-Creo que por esta ocasión te vamos a dejar ir- intervino finalmente Ian en forma bromista- pero prométenos que a la próxima te quedaras más tiempo, es difícil mantener ocupada a esta princesita.
-Claro- sonreí para mis adentros
-Ándale pues, empaca tus cosas y te llevamos de una vez- cedió Meg.
Corrí a “mi” cuarto y metí todo lo que era mío en la maleta sin detenerme a pensar en acomodarla. Luego de revisar tres veces la habitación para verificar que no quedara nada, cerré la maleta y la puse junto a la puerta.
-Listo- susurre gloriosamente cuando acabe.
Sabía que tenía que irme pronto, Andres se adelantaba a los hechos y no quería verlo, no ahora, tenía mucho en que pensar. ¿Realmente quería dejar todo para estar con él? ¿Me mudaría a este horrible lugar solo para no perderlo? Mi mente decía que si incluso antes de terminar de cuestionarme, pero, ¿y mi corazón? Este estaba en duda, estaba asustado por temor a que no salieran las cosas bien.
Este no era el lugar para pensar, el único sitio que me ofrecía esa seguridad era mi armario y este obviamente estaba en mi casa así que tenía que volver.
-¡Ya mamá!- le grité de una vez para que fuera buscando las llaves
-¡ok!- gritó como su respuesta
Sabía que iba a tardar tiempo así que me salí al jardín.
Este día estaba soleado, realmente hermoso, en mi casa eran raras las ocasiones en las que salía el sol, y llegar aquí, ver el sol, los árboles que estaban por donde quiera y no solo en zonas exclusivas, era simplemente hermoso. Ahora comprendía por qué Meg se mudo aquí.
Sentada en el pasto me di cuenta de que necesitaba darle una explicación a él, no debía irme así como así seria… no sé, pero no podía hacerlo.
Pesé en varias maneras, tal vez le llamaría, o un mensaje aunque eso sería muy cruel, dejaría una nota o simplemente dejar que alguien más le dijera.
Meg se estaba tardando demasiado así que era mejor ir a apurarla.
En el momento exacto en el que entre a la casa llamaron a la puerta. Mi corazón empezó a latir cada vez más rápido y mi mente trataba de encontrar una escusa para no enfrentarme con la realidad. Escuche como Meg abría la puerta y preguntaba quién era.
Deseaba febrilmente que no fuera para mí, pero al parecer el destino se ocupaba de hacerme la vida añicos.
-¡Chloe!-Meg gritó sin importancia alguna como si fuera insignificante- ¡te buscan Chloe!
Camine como una condenada hacia la puerta.

viernes, 13 de noviembre de 2009

25. ¡Meg volvió!

En lo que terminaba de colocar nuevamente las rosas en su jarrón pensaba en una convincente explicación para irme de aquí antes del atardecer, eran las once de la mañana, de seguro no habría tanto problema en encontrar un autobús que me llevara a mi casa.
Fui por Aly cuando mis lágrimas se secaron, no quería que me viera llorar así que me decidí a no volver a sacar el tema mientras estuviese aquí. Me miro desconcertada cuando entre, se quito los audífonos y fue directamente a abrazarme.
-¿Qué crees nena? ¡Ya va a llegar mamá!
-¡Mamá!- gritó feliz
-Si nena, ya casi llega, acaba de llamar- contesté con la mejor sonrisa que fui capaz de dar.- Haber, ay que ponerte muy guapa para que mami te vea, ¿sale?
-Ajam- asintió dando brinquitos.
Lo primero que hice fue cambiarle de vestido, el que traía puesto ya se había ensuciado, así que le puse uno blanco con flores rosas. Le cepille su cabello para que sus pequeños caireles rubios relucieran aún más y por último le puse un lindo listón rosa como diadema.
-Listo
Debo admitir que me había divertido arreglándola, parecía una princesa recién salida de su cuento de hadas.
Segundos después sonó el timbre, Aly corrió hacia la puerta y no me quedo de otra más que seguirla al mismo ritmo.
Antes de abrir la puerta escondí el ramo de flores, no quería dar explicaciones.
Alyssa gritó en cuanto vio a sus padres, debió de extrañarlos mucho.
-¡Mami! ¡Papi!

24. Mr. Hyde ha vuelto

- tranquilo Owen, déjalo pasar- susurre
Dudo un poco, al parecer no confiaba en Andres. Con un intento de sonrisa se fue de nuevo a la sala mientras yo le dedicaba una gran sonrisa a mi novio.
-Cielo, no sabes cuánto lo siento- seguía repitiendo una y otra vez y mi respuesta era la misma:
-No importa.
Entramos a la sala justo después de Owen y Aly, no sin antes avisarle que tenía visitas, aunque eso ya le había quedado claro.
Owen estaba parado enfrente de todos, a su lado se encontraban Josh y Dylan dispuestos a marcharse, Will y Zeth seguían sentados, no le daban importancia a lo que seguramente Owen les había dicho y Melanie estaba recogiendo los vasos, era un gesto muy gentil de su parte.
Finalmente, y luego de pasear su mirada por la habitación, Will se levantó y dijo:
-Bueno chicos, creo que ya se está haciendo tarde.
Ellos, Owen, Dylan, Will y Josh se despidieron con un breve movimiento de manos, mientras que Mel y Zeth se despidieron con una sonrisa.
-¿Mañana vas a estar aquí?- pregunto curioso Josh antes de atravesar el umbral de la puerta.
-Lo dudo
-Bueno ya que, me da gusto haberte conocido Chloe- dijo Mel arrastrando a Josh con un brazo y empujando a los demás con el otro, la escena era cómica, parecía que Melanie era la mamá gallina y los chicos sus polluelos.
Aly, se quedo triste, definitivamente prefería estar con los chicos que con Andres, él nunca le había prestado mucha atención.
La tomé entre mis brazos y fui a la sala, no había necesidad de pedirle a Andres que me siguiera, el ya lo había hecho.
-Así que… ¿ya hiciste nuevos amigos verdad?
-Ahhh… ellos… si supongo que sí- la verdad dudaba si se podían considerar amigos o no, apenas los había conocido hoy, bueno a excepción de Zeth y Dylan pero eso ya era otra cosa.
-Si ellos ¿por qué todos son hombres?- dijo cortantemente resaltando la palabra hombres.
-No lo sé- me rehusé a verle la cara por temor a que volviera a aparecer Mr.Hyde.
-¿¡Cómo no vas a saber!?
Llevé apresuradamente a Alyssa a su cuarto, no quería que escuchara lo que se avecinaba.
-Quédate aquí -le susurré mientras le ponía su programa favorito en la televisión, también le puse unos audífonos- No te los quites hasta que venga por ti
Los reclamos de Andres sonaban a mí alrededor, traté de ignorarlos mientras me dirigía a la cocina, ahí, con suerte, no alcanzaría a oír Aly.
Por fin puse atención a los gritos de Andres y aunque no quería tuve que soportar la situación.
-¡Que te pasa! ¡¿Acaso te crees capaz de dejarme por uno de ellos?! ¡¡Contéstame!!
No podía responder, solo me quede ahí, callada, mirando al suelo mientras evitaba que mis lágrimas se derramaran.
-¡¡¿Por qué no hablas o me miras siquiera?!!- Alzó mi barbilla para que lo viera, trate de resistir pero la fuerza empleada en aquel movimiento era demasiada.
Su mirada me mataba a puñetazos, no soportaba verlo así, su voz volvió a desaparecer de mi mente.
Mi celular sonó en ese momento y por primera vez lo agradecí rotundamente.
Su mano me soltó, sus ojos dejaron de verme y con voz ruda me amenazo:
-Más te vale que no sea uno de ellos
Contesté rápidamente mi celular.
-Bueno
-Chloe ya estamos llegando, ¿tienes llaves?, no encuentro las mías.
-Si mamá ahorita abro- contesté con la voz rota mientras colgaba
-Era Meg, ya va a llegar- le dije a Andres entre susurros
-¡¿No me vas a contestar?! , bien vengo en la noche y ahora si vas a tener que responder.
Se dirigió a la puerta, no sin antes ver las flores que él me había regalado, las tomó y las tiró bruscamente en el suelo, destrozando así cada uno de sus pétalos. Dos puertas azotándose siguieron a este acto.
Recogí una por una las rosas, parecía que cada pétalo caído era una lágrima que se derramaba dolorosamente por mis mejillas.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

metanse!!!!!!

wiiiii!!!!! chikas!! hay dos blogs k tienen k visitar!!!!!!
son d dos d mis bf asi k metanse jojojo

http://oskrsb.blogspot.com/

http://twilightaddictionlatino.blogspot.com/

domingo, 11 de octubre de 2009

23. Dedicatoria

Las risas continuaron hasta que llegamos a la casa.
-¿Quieren pasar?
-Seguro- ahora fue Mel la que tomo la iniciativa
Entraron uno por uno, parecían estar desconcertados, preguntándose si deberían estar aquí.
Aly fue la que noto la razón, me señalo un gran ramo de rosas blancas, tendidas suavemente en el patio.
Las agarré rápidamente aunque tuve que dárselas a Alyssa para que yo pudiera abrir la puerta.
Entraron todos nuevamente, ya solo Dylan y Owen tenían cierta duda al entrar.
-¿Quieren algo de agua?- rompí el silencio
-No gracias- contestó Owen por todos
-¡Yo si quiero!- dijo Josh
-claro, ¿seguros que nadie más quiere? Tengo Coca-cola
Después de esa invitación no me sorprendió que todos contestaran que si, la alegría había vuelto. Mel amablemente se ofreció a ayudarme.
-Clo, ¿donde dejo las flodes?
-Dejas por ahí nena
Mel me siguió hasta la cocina, donde servimos en vasos –desechables por supuesto- el refrescante líquido. Volvimos a la sala
-¿Pueden esperarme aquí un momento?
-Si claro- dijo Zeth
-No tardo- vi las flores en el piso- ah! Aly, ¿Puedes poner las flores en otro lugar que no sea el suelo? Gracias
Corrí hacia mi habitación y traje el florero que siempre estaba lleno de flores, algunas que Aly me daba, otras que ponía mi mamá y últimamente las que más abundaban eran las de Andres.
Di media vuelta y regrese con los chicos.
-Perdón
-No te preocupes, Aly nos estaba contando quienes eran los backyardigans- Contestó Will
Las risas abundaron mientras buscaba con la mirada mis rosas, Zeth se paró y me las dio
-Ten, aquí están
-Gracias
Estaba a punto de ponerlas en el florero cuando Mel me interrumpió.
-espera, todavía no las puedes poner ahí- la mire confundida- tienes que leer la dedicatoria, es una tradición
-ehhh… no- sentencie
-Anda, siempre lo hacemos, por más humillante que sea- dijo Owen tratando de convencerme.
-¡Que lo lea! ¡que lo lea!- Josh, Zeth y Owen comenzaron a corear seguidos por Dylan, Will y Mel.
-Es que yo no puedo… leerlo
-Puede leerlo alguno de nosotros, claro, si no quieres hacerlo tu
-ujum
Aly emocionada dijo:
-¡El que tenga las orejas calientes!- y se puso a tocar las orejas de todos mientras reíamos por recordar cuando solíamos decir eso
-¡Él!
Dylan se reusó profundamente pero nadie lo dejo decidir, indignado se acercó a mí y le entregué el ramo.
-Bien, pero se callan eh!
-Si ya como sea- dijo Mel ansiosa por que comenzara, yo también moría por saber que decía
Se aclaro la garganta y empezó:
-Perdón si te ofendí, ese no era yo- después de una breve pausa de duda continuo- Te amo y nunca dejare de hacerlo… A.
-¡¿Qué más?!- dijo Melanie- ¿no dice quien la envió?
-No, solo dice A
-¿Quién es?-preguntó Josh en búsqueda de un chisme
Estaba más sonrojada que nunca, por suerte llamaron a la puerta. Respire por puro alivio
-eeeeey, no te vas hasta que no nos digas- dijo Will- Owen ve a abrir la puerta
-Pero… podría ser Meg
-¡Mamá!- gritó Aly y siguió a Owen
-Nada, tienes que decirnos
-Está bien, se llama Andres
Tan pronto como dije esto los chicos corearon nuestros nombres, Mel fue la única prudente que no siguió con la broma de los chicos.
-Ahora si me permiten voy a ver quién es
Me apresuré a la puerta, solo para ver como Owen se peleaba con Andres, él, por supuesto, guardaba la calma.
-¡Andres!- grité emocionada por verlo nuevamente a él y no a mr. Hyde

22.1 Chicos

-Mucho gusto- hiso una pausa y continúo como si se le hubiera olvidado que decir- ellos son Owen, William, Joshua y Dylan, aunque claro, a él ya lo conocías
-bonitos nombres- fue lo único que logro salir de mis labios, bueno otra duda había quedado resuelta, ahora confirmaba que al “chico si nombre” no lo conocía, nunca había escuchado ese nombre.
Estreche la mano de cada uno, Aly estaba feliz de que me llevara bien con sus nuevos amigos. Alguien, Joshua, supongo se puso a juguetear con la niña.
-Creo que a ustedes les gusta mucho este lugar, ¿cierto?- hable por primera vez para saber más de ellos, se veían gente agradable.
-En realidad no- dijo William- pero es más sencillo venir aquí que a otros lugares
Sus risas sonaban armoniosas juntas.
-mmm… creo que lo comprendo William- me reí nuevamente
-Me puedes decir Will
-Es bueno saberlo
-¿sabes? Todos nos conocimos aquí- Owen parecía feliz por decir algo- uno por uno
-Deja de aburrirla Owen- respondió Joshua integrándose a la conversación mientras cargaba a Aly en brazos.
-Para nada, me gustaría escuchar esa historia- mostré interés
-Entonces… Zeth cuéntala tú- dijo alegremente Will
-Bueno, primero fuimos Dylan y yo, ¿verdad? – Dylan asintió con la cabeza- luego conocimos a Josh justo en esa banca, despues fueron Felipe y Melanie…- se sorprendió al mencionar ese nombre- ¡Dylan! ¡Olvidamos decirle a Mel!
Confundida observe como Dylan, jalando a Josh, corría hacia la otra calle, Zeth continuo
-Bueno, ahorita viene, en fin luego encontramos a Owen justo en el columpio izquierdo de por allá- señalo ansioso al columpio- y finalmente Will siguió a Owen hasta aquí
-Y desde entonces somos amigos- sonrió Will
-Desde hace seis años- complementó Owen
-Que divertido- contesté entre risas
-¿Y tú de dónde eres? Nunca te habíamos visto por aquí, solo a la pequeña- dijo Will tratando de sacarme más información
-Vivo en el DF pero vengo seguido
-Mel y Felipe venían de allá pero…
Mi absurdo celular sonó, me disculpe con ellos y conteste entre susurros
-Adelante
-¡Ay que formal! ¿Ahora si ya estas calmada?
Obviamente era Hallie, tuve que concentrarme en ella para evitar decir cosas tontas
-Hall, ahora estoy ocupada… te llamo luego ¿va?
-¿Estas con Andres?- el solo nombre hiso que apareciera una clara imagen de él en la noche anterior
-No respondí antes de que recordara lo demás
-¿y entonces?
-Por fin llegan, ya se habían tardado- dijo Zeth
-¿Qué fue eso?- Hall lo había escuchado
-Te digo que estoy ocupada.
Aly jaló mi pantalón para que le dirigiera la mirada, aparte el teléfono un segundo y dije
-¿Qué paso nena?
-¿Es mi prima?- Aly consideraba a Hallie como una prima
-Si es Hall
Extendió sus manitas para que le diera el teléfono
-Hall, Aly quiere hablar contigo
-¡No! ¡Espera!
-Ten nena
Feliz Aly agarro el celular y se fue a sentar
-Bueno... ¿en que estaban antes de que llegáramos?- dijo una chica, supuse que era Melanie
-¿Y Felipe?- preguntó indignado Owen
-Está castigado, ya lo saben.
Una queja salió de cada una de las bocas
-Lastima, te caería bien- dijo Josh dirigiéndose a mi
-hola, soy Mel, espero que no te hallan asustado los niños- se presentó a sí misma la muchacha
- Yo soy Chloe, y no, no me han asustado aún- continué con su pequeña broma mientras sonreía
Parecía que las risas eran obligatorias con ellos, nunca pare de sonreír, aunque en esos momentos no era lo adecuado.
-Clo, dice Hall que quiere hablar contigo- interrumpió Alyssa
-Dile que luego y cuélgale
Aly hiso lo que le indique y se acerco a nosotros.
-Ella es Aly, mi hermanita- le dije a Mel
-¡que dulzura! Ojalá que mi hermano fuera así.- dijo mientras se imaginaba como sería
-Pero no puedes negar que sería muy aburrido sin Felipe- discutió Dylan
Fuertes carcajadas sonaron y con una más leve se rompieron
-Sí, lo admito
-Bueno chicos, tengo que ir a bañar a este pequeño monstruito- me disculpe mientras cargaba nuevamente a Aly
-¿Te podemos acompañar?- Dylan era el que había dicho eso, volteé a verlos, sus ojos parecían suplicar.
-Por supuesto
Todos estaban contentos.

22. Chicos

-Clo- dijo Aly mientras me sacudía levemente.
No otra vez- pensé
-Tu telepono se mueve- murmuro asustada- me da miedo
Abrí los ojos
-Ay voy chiquita
Tanteé la mesa hasta que mis dedos hallaron mi celular.
-Bueno- contesté adormilada
-¡Tienes que contarme que pasó!
-No
-¡Porque no!
-Por qué no paso absolutamente nada- dije totalmente seria no quería que se enterara
-¡¿Cómo que nada?!
-Bueno, sí pero nada realmente importante.
-Pero él me dijo que te ibas a llevar una gran sorpresa cuando lo vieras.
-Bueno no fue eso, exactamente, en fin, no paso nada.
-Ok- dijo un poco angustiada, mi voz debía sonar diferente
-Pero…- estuve a punto de decirle todo pero me arrepentí- nada luego te cuento
Las lágrimas traicioneras comenzaban a rodar por mis mejillas, colgué antes de que Hall me hiciera recordar todo lo que había pasado, tenía que borrar esas lágrimas para dar paso a una sonrisa y decir que todo estaba perfectamente bien.
Meg llegaría exactamente en tres horas, bañaría a Aly y le pondría uno de los lindos que había comprado ayer. Ayer… ayer fue horrible…
Aly me veía asustada, contemplaba como me deshacía por dentro.
Saque la más solidaria de mis sonrisas y se la mostré, eso pareció calmarla un poco.
-Bueno peque vamos a comer algo
Eso sin duda la alegro, parecía que la tentativa de comer había eliminado su curiosidad por mi “casi” llanto.
Otra vez le serví cereal a Aly. Me reí un poco al recordar la fatídica historia del cereal, esa risa no duro mucho, tenía que pensar en cómo arreglarlo y, según yo, el mejor lugar para pensar era el jardín.
-Nena, ¿Qué te parece si hoy nos quedamos en el jardín?- pregunte esperanzada por un sí.
-No, quero ir al parque.
Aunque me gustaba más la idea del jardín cedí y fuimos al parque.
Me senté tranquilamente en lo que Aly se divertía un rato; ahora comprendía porque no le ponía vestidos Meg, el lindo vestido azul turquesa había quedado completamente negro por toda la tierra, pero, que se podía hacer ya?
Mi solución para lo de la noche anterior había sido sencilla: lo olvidaría por completo y negaría todo lo que estuviera relacionado con esa “sorpresa”. Me sorprendió que Hall no me llamara, por lo regular cada vez que le colgaba sin decirle lo que quería me llamaba hasta el cansancio, supongo que debió comprender que necesitaba un tiempo para respirar.
Aly seguía en los columpios y yo seguía pensando en que haría, era necesario que me mudara lo más pronto posible, la fase tres tenía que entrar en acción, aunque no supiera muy bien cómo hacerlo, tenía que hartar a Aaron hasta que me dejara mudarme.
Salí un poco de mi burbuja para ver donde estaba Aly ahora.
Volteé mi mirada hacia los columpios solo para descubrir que Zeth estaba jugando con ella, también estaban otros cuatro muchachos, entre ellos estaba el otro chico cuyo nombre no conocía.
Me acerque lentamente.
-¡Mira Clo es Zeth!- gritó emocionada la pequeña.
Cuando llegué salude amablemente a todos y dirigiéndome exclusivamente a Zeth pregunte:
-y ahora? Veo que te acompaña media multitud.- él rio amablemente y contestó
-No, de hecho esta es toda la multitud- dijo en tono de broma
-Falta Felipe- murmuro el chico, ante su hermosa voz no pude más que sonreír
-Bueno, es casi toda lo multitud- replico Zeth- apropósito, no conocemos tu nombre…
-Chloe, y ella es Alyssa- señale a Aly.

martes, 6 de octubre de 2009

wo0o0la chik@s!!! hoy se cumple 3 meses del blog!! jupi!! asi que para festejar les pongo un video divertidicimo. Disfrutenlo!!




domingo, 27 de septiembre de 2009

21. Lluvia

Brrrr… brrrr…
Mi teléfono vibraba con tal frenesí que me desperté de un solo jalón para apagarlo.
-No puede ser- me quejé en cuanto vi la hora; las tres de la mañana- ahh,, ¡A quien se le ocurre llamar a estas horas!
Estaba tan atolondrada que conteste sin saber quién era.
-Bueno- respondí con un bostezo
-Estimado cliente; nos da gusto anunciarle que hemos mejorado nuestros servicios…
Colgué de inmediato; quería dormir, apagué mi celular y justo cuando me disponía a dormir escuche un trueno.
-Genial- repuse sin ánimos- esto no me va a dejar dormir otra vez
Sabía que regresar a los brazos de Morfeo era casi imposible así que fui a ver si Aly no se había despertado por la lluvia.
A mitad del pasillo sonó bruscamente otro trueno seguido de un apagón de luces.
-de acuerdo- susurre sarcásticamente
Alyssa se había despertado y estaba a punto de echarse a llorar cuando entre a su habitación.
-¿Nena?- pregunté nerviosa entre la obscuridad- ¿Estás bien?
Asintió con la cabeza y se acurrucó en mis brazos.
-Ya, todo está bien chiquita- dije en un intento de tranquilizarla- ven vamos por una lámpara.
-Tengo miedo- murmuro entre sollozos.
-No hay nada de que asustarse, solo es… agua.
-Ujum- respondió mientras se limpiaba las lágrimas con su pequeño puño.
Fuimos a mi “cuarto” en búsqueda de la luz que tenía incluida mi celular.
-Listo nena ya tenemos luz- susurré
No me había dado cuenta, hasta ese momento, de que Alyssa se había quedado tiernamente dormida en mis brazos, agarré la cobija que estaba en la cama, la envolví y la dejé en ella.
-¿y ahora?- me pregunte a mi misma aunque internamente ya sabía la respuesta.
Fui al cuarto de Meg, quité el edredón de la cama, cosa que me tomó varios intentos y regresé al cuarto.
-Buenas noches- le dije a mi hermanita mientras me acostaba a su lado.
Cuando estaba a punto de dormirme nuevamente me sorprendió un cálido roce proveniente de la mano de Aly que agarraba, ahora casi con fiereza, mi mano, parecía asegurarse de que no me escapase.
Era realmente lindo dormir con alguien de ese modo, podía escuchar su tranquila respiración, notar el calor que emprendía su cuerpo, era un calor distinto al que proporcionaba una cobija, definitivamente distinto, este calor; aunque se escuchara muy cursi, demostraba cuanto quería a esa pequeña.
Empecé a llorar en ese mismo instante, ¡cómo era posible que hasta ahora me diera cuenta de todo lo que era para mí Alyssa! ¡Ella, su risa, su alegría, y hasta sus reproches eran una de las pocas cosas que realmente necesitaba! Todo lo demás eran caprichos, desde los zapatos que compre la semana pasada hasta personas, incluyendo a mis amigas. Parecían insignificantes todas esas cosas al lado de esta pequeña. Supe sin lugar a dudas que daría todo para que ella no sufriera.
Quería estar más cerca de ella, verla crecer, apoyarla cuando más lo necesitara, simplemente quería quedarme y ser la hermana que, hasta ahora, no había sido.
Besé su cabeza y delicadamente la estreché hacia mí.
Esa noche fue inolvidable, definitivamente diferente del resto, no por la “sorpresa” que me dio Andres con su cabio de humor, tampoco fueron los dulces sueños que tuve, ni siquiera fue por el hecho de estar junto a mi hermana por primera vez desde que había nacido, no, esa noche fue diferente, fue mágica, porque por fin supe lo que era el amor hacia un hermano.

sábado, 26 de septiembre de 2009

20.1 Mr. Hyde

Estábamos en mi casa nuevamente, ahora ya no habían lágrimas, estábamos viendo una película, comedia para ser más exactos, ninguno de los dos supo que decir después de haber pasado mi llanto.
Dudo que Andres estuviera poniéndole atención a la película, estaba concentrado en algo; me preocupaba no saber qué había pasado en realidad, pero nada podía hacer para cambiarlo.
Los dos estábamos cansados y mañana llegaría Meg así que cuando los créditos de la película comenzaron Andres se fue.
Regresé a la cama con cierto temor, tendría pesadillas o dormiría inquieta, algo pasaría que perturbaría mi sueño pero nuevamente no podía evitarlo…

20. Mr. Hyde

Mi corazón desbocado empezó a latir fuertemente con ese sonido tan sencillo, debía de ser Andres. Corrí para abrir la puerta, estaba tan emocionada que me caí un par de veces hasta llegar a la puerta.
En mí recorrido mil y un posibilidades vinieron a mi mente, pero todas concordaban en lo mismo: sería una velada inolvidable.
Finalmente llegue a la puerta, la abrí delicadamente para disimular un poco mi emoción aunque eso para mí era imposible.
Y ahí estaba, parado frente a mí, con una leve sonrisa que me mataba y con sus ojos castaños brillando junto con la luna. Espere ansiosa a que dijera algo, aunque sea un hola, pero nada. Entonces fue cuando sus hermosos labios se abrieron para pronunciar unas palabras que no me esperaba.
-¿Puedo entrar a tu baño?
¡¿Qué?!!! ¡Esa era la gran sorpresa!, -calma- me dije- tal vez te lleve a algún lugar o algo.
-emm… sí claro- susurré
Se abrió paso hasta el pasillo donde se detuvo bruscamente, esperaba que se regresara y que me abrazara diciéndome un “hola te extrañe” pero no, sus palabras fueron demasiado bruscas, casi desgarradoras.
-¿y? ¡¿Por qué te quedas ahí parada?! ¡Yo no sé dónde está el baño!
Asustada por su actitud y su cara de hipocresía, me apresuré a mostrarle el baño.
Me senté a esperarlo en la sala, negándome a que esto estuviera pasando, Andres no era así, él era mi príncipe azul, no podía ser real que el monstro que entro a mi baño fuese Andres. Una lágrima recorrió mi mejilla con lentitud.
Mr. Hyde- me negaba rotundamente a que ese fuera Andres- salió del baño con una mejor cara.
Me pare inmediatamente para descubrir por que actuaba de esa manera y justo cuando me acerque a él, me abrazó como si no me hubiera visto en años y me pidió perdón.
No sabía que decir, estaba muy confundida!... tampoco sabía cómo reaccionar ante su cambio de humor tan repentino, solo sabía que esto no estaba bien.
-Hola- dije por primera vez desde que llego.
-¿Qué tienes cielo?- preguntó como si nada
-No sé, supongo que estoy cansada…
-Bueno… si eso es mejor dejo que descanse mi princesa- dijo con una expresión dulce- buenas noches.
Se dirigió a la puerta lentamente, seguro también estaba pensando en porque yo no hablaba. Cerró la puerta.
Me di cuenta de que, pasara lo que pasara, lo seguía amando, y no podía dejar que se fuera así nada más.
Corrí hacia la calle desesperada por sus besos, por sus caricias, necesitaba saber que él me quería y que nuestro amor sería capaz de sobrevivir a todo.
Mi mirada lo alcanzó rápidamente, el problema eran mis pies, no se movían a la velocidad que requería, estaba a media cuadra, aún lo podía alcanzar, lo tenía que alcanzar.
El único sonido que se escuchaba eran mis pisadas que retumbaban fuertemente con el piso, por suerte Andres fue capaz de escucharlas y volverse hacia mí en el momento exacto en que me lanzaba contra él, refugiándome así en sus brazos.
Llore desconsoladamente, no dijo ni una sola palabra, pero yo tenía una urgencia aún mayor. Alcé la cara, mire sus intensos ojos y bese apasionadamente sus labios.

19.¡¿Carritos?!

Convencí a Aly para que fuéramos a la pequeña plaza que me había enseñado Andres.
No me cabía por la cabeza como una niña pequeña en su vida había usado vestidos, Claro, eso debía ser obra de mi madre.
-¿Qué es vestido?- Había dicho la pequeña cuando le dije mi plan
-¿! No sabes que es un vestido!?
-Nop- contesto saltando
-Es como el que traes puesto.
-ehh??
-con más razón tenemos que ir- dije en respuesta a su mueca
Así que ahora nos dirigíamos al centro comercial “grande” por llamarlo de alguna manera, definitivamente esta ciudad no conocía el significado de centro comercial.
Cuando el taxi se detuvo enfrente baje a Aly junto con su pequeña mochila- algo que siempre cargaba- y nos dirigimos a la entrada.
-Woow..- dijo Aly con los ojos brillosos justo cuando entramos.
No aguanto más, pataleo hasta que la deje libre y empezó a correr tan pronto como sus pies tocaron el piso.
-¡Alyssa!!- grité como histérica cuando se separo de mi.
Corrí detrás de ella, parecía divertirle que yo la correteara y en vez de regresar conmigo, corrió más rápido. Se distrajo con una tienda de juguetes y eso me dio la oportunidad de alcanzarla.
-¿Podemos entlar?- pregunto la pequeña ya en mis brazos
-Solo si prometes no volver a correr, ¿de acuerdo?
-Ajam… ¡mira!- y giro su vista hacia unos carritos.
Ay no puede ser- pensé para mis adentros.
-¡Papá tiene muchios!- gritó emocionada recordando la gran colección de Ian: carros rojos.
-Pero nena… eso es para niños; las niñas jugamos con muñecas, como esas- le dije señalando unas lindas muñecas en el aparador.
-No- respondió terca- ¡yo quiero carro!
-Mira – “mi paciencia se agota” estaba a punto de decirle – vamos primero por ropa y luego regresamos, ¿sí?- esto último sonó más una orden que una sugerencia y la lleve a una tienda de ropa infantil.
Alyssa también se entusiasmó ahí pero no tanto como a la entrada de la plaza; sabía cuál era mi objetivo: los vestidos; así que jale a Aly, que ahora estaba sobre sus propios pies, hasta donde estaban los vestidos y faldas.
-Muy bien, llegamos; eso es un vestido Aly- declaré orgullosa señalando un hermoso vestido naranja.
Busqué rápidamente vestidos de la talla de mi hermana, me quedo un gran bulto así que fui descartando uno por uno, algunos los quitaba por su color, otros por la forma y a los demás por sus estampados. Ahora solo quedaban cuatro, le pedí a la señorita que me estaba atendiendo que los envolviera y me los cobrara.
Voltee a ver a Aly que estaba muy entretenida buscando cosas en mi bolsa.
-Ves, así es como se compran las cosas pequeña- susurre levemente.
-¿Ehh?
-Nada linda.
Después de un breve silencio llego la señorita con los vestidos.
-Aquí tienes, tienes que pagar en la caja- dijo tímidamente como si se dirigiera a un niño pequeño.
-Si ya se
Tomé a Aly nuevamente en brazos y fui a pagar. Aly estaba sorprendida por todo el dinero que me había gastado en ella, más específicamente en ropa. Estebamos a punto de salir para tomar un taxi cuando Alyssa recordó los carritos de la tienda de juguetes.
-¿y mi carrito?- preguntó indignada.
-Emm.. uh…, pero… ya no tengo dinero- vil mentira- y ni modo de que regresemos estos hermosos vestidos que te compre.
-¡Reglesalos! Yo quiero mi carrito
-Está bien, te voy a comprar uno pero muy chiquito eh?
-Sipi
Mi celular sonó, otra vez, conteste sabiendo perfectamente quien era.
-Hola Hall- dije sin ánimos, no me agradaba que Aly quisiera tener un carrito de juguete
-¡Hola! Ay que entusiasta estas hoy eh?, ¿Dónde estás?
-En el centro comercial
-Ah bueno entonces te dejo, te cuidas.-y colgó nuevamente.
No había recordado la “sorpresa” de Andres hasta que me llamo; Comencé a fantasear en que podría ser, tal vez una romántica cena bajo la luz de la luna, o… ¡Chloe vuelve a la realidad!- Me dije a mi misma.
Aly ya había escogido su juguete, un carro rojo para colmo.
-Muy bien, ahora vámonos- reproche enfadada mientras me daban mi cambio.
Alyssa ni me hiso caso, estaba muy entretenida tratando de abrir su nueva adquisición.
Tomamos un taxi de regreso a casa, eran las 9 de la noche y las dos estábamos agotadas, así que cuando llegamos dormí a Aly y cuando su respiración se profundizó me fui a dormir yo.
Justo cuando me disponía a dormir, tocaron la puerta.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

18. Llanto

No tenía nada que hacer, Aly seguía dormida, mi madre no llegaría hasta mañana y Hallie y Andres se traían algo entre manos. Hubiera optado por leer pero no quería provocarme más sueños ridículos y menos si sabía que nunca se harían realidad, mínimo lo de bailar en pareja, Andres detestaba hacerlo; por supuesto que él siempre me había preguntado si quería bailar pero yo inmediatamente me negaba al ver su cara de reproche.
A mí se me hacía de lo más romántico el hecho de bailar, cada vez que no podía dormir, ponía mi CD favorito y comenzaba a dar vueltas imaginado que danzaba con mi príncipe azul- en este caso Andres- aunque en realidad “bailaba” con mi peluche más grande.
No pude callar mis risas cuando recordé los muchos moretones que me había dado por cerrar los ojos mientras daba volteretas; Aly se movió un poco, tratándose de acomodar nuevamente, supongo que no lo logro. Empezó a estirarse y con sus pequeños puños se talló sus ojos.
-¿Ya llegó mamá?- pregunto adormilada
-No nena
-¿Y cuándo va a venir?
-Mañana, ¿por?
-Es que la extraño- contestó entre sollozos
-…- ¡no sabía que contestar!, digo, yo no estaba lista para que llegara una niña pequeña y llorara enfrente de mí, lo único que hice fue abrazarla- ya, no llores, mañana llega
-Ujum…
¡Chin!, y ¿ahora?, que se supone que debo hacer…- pensé rápidamente en mis posibilidades, en realidad en la única posibilidad: llamar a Hallie.
Saqué mi celular y le llamé.
-Bueno -contestó al segundo toque
-Hall, Aly está llorando, ¿¡¿qué hago?!?
-¡Abrázala!
-¿Y luego que hago para que no llore?
-Espera a que se calme un poquito.
-Hall..!- gruñí impaciente
-Cuenta hasta diez y pregúntale por que llora.
-Ya sé por qué llora, ¡lo que quiero saber es como callarla!- grite desesperada mientras cargaba a la niña hasta la sala. Su llanto entalló y entre en pánico.
-¡Ya! Cálmate si, cuando tú te desesperas ella va a llorar más, ¿ok?- dijo bruscamente
-De acuerdo, de acuerdo, me voy a tranquilizar
-Cuenta hasta diez- escuche la leve voz de Hall entre los sollozos de la niña.
-Uno, dos, tres…- empecé a contar.
Aly trato de llorar más pero le gano la curiosidad y se cayó para dar paso a mi voz.
-Siete, ocho, nueve y diez- finalice definitivamente más relajada.
-Muy bien, supongo que Aly ya dejo de llorar, ¿verdad?, ya no la escucho.
-Sipi
-Ok, bueno te tengo que dejar porque mis hermanitos ya se están peleando de nuevo, chao. ¡Ah! Si, recuerda que me tienes que decir en qué lugar estas
-Adiós- cerré mi celular y mire a Alyssa- ¿y ahora que te esta pasando?
Ahora Aly reía, seguramente por mi cara.
-¡Eh!, que, ¿ahora te vas a burlar de mi?
Las risas explotaron cuando movió su cabeza de arriba para abajo, afirmando de qué se estaba burlando de mí.
-Ay nena…- dije con un suspiro.
Pronto esto se haría más común, no cabía duda de eso, pero si quería quedarme con mi novio tendría que acostumbrarme.
Ya que- me resigne en silencio.

domingo, 6 de septiembre de 2009

17. Libro

Perdonen por tardar tanto en subir el cap. jeje no he tenido mucho tiempo.., trataré de subirlos más rápido gracias!
AAh por cierto! hoy se cumplen dos meses del blog!!!!
--------------------------------------------------------------------------------------------
17.Libro
Aly siguió comiendo alegremente, no entendía como podía hacerlo… en fin.
-Oye pequeña, voy a vestirme, ahorita vuelvo
Con un simple ajam me dejo partir.
Mi maleta estaba atiborrada, como era de esperarse, Hallie me había metido más…
-¡Hallie!- grite cuando recordé lo que me había dicho en la noche.
Sin más pensarlo, busqué mi celular y marque aquel número tan familiar.
-¡Ahora si niña!- solté emocionada- dime cual es la sorpresa
-No
-¿Por qué no?- pregunté indignada- tengo derecho a saber
-Si te lo dijera ya no sería una sorpresa
-Por favor- le supliqué- dime dime ¡dime!
-Nop, pero si quieres ayudar a que sea más ro… - hiso una breve pausa, no quería decirme nada en concreto, no aún- más… genial, vas a tener que hacerme caso, sin reprochar.
Sabía que me convenía hacerle caso así que accedí, digo, ¿Qué tan malo podría ser?
Hallie me dijo que le tenía que avisar en donde estaría todo el día, según ella era circunstancial que le contara todos los pasos que dará.
Escogí una linda playera de corazones para ponerme ese día junto con mis jeans favoritos, de seguro Andrés se me aparecería por ahí y yo debía verme linda.
-Y… ¿qué quieres hacer hoy nena?- le pregunte cariñosamente a Aly.
-Nada- inocente, como siempre, sonó su voz
-¿Cómo que nada? Ay muchas cosas que podemos hacer…- yo de verdad quería salir…
-Mmm… ya se! Quiedo acostardme en el pasto y mirar las nubes.
-Pero…pero…
Aly puso cara de berrinche y como no quería que se enojara terminé cediendo.
Agarré un pequeño libro que estaba arrumbado en la sala, fui al jardín y me acomodé en la hamaca que se encontraba al final de este. Alyssa no tuvo opción y me siguió rápidamente por el jardín, Se acostó en el pasto y empezó a observar las nubes.
Que aburrido- pensé en mis adentros, como no se cansaba de nada más ver el cielo…
Abrí el libro y me dispuse a leerlo, era muy interesante, o al menos lo que llevaba, empecé a llorar en la cuarta página, ¡¿cómo era posible que me hiciera llorar un simple libro?! ¡Y a la cuarta página!, debía de admitir que se estaba volviendo un poco adictivo aquel libro, seguí leyendo; no sé cuánto tiempo duramos ahí pero para cuando logré despegar los ojos del libro Aly estaba dormida sobre el fino césped. No pesaba mucho en realidad y se me hizo fácil cargarla y ponerla en la hamaca junto a mí.
Estaba muy linda, con ese bonito vestido que le había puesto que incluso hacía contraste con sus mejillas coloradas y hasta parecía sonreír entre sueños.
Puse la primera hoja que me encontré entre las páginas del libro en función de separador, deje el libro en el césped y me uní a Aly.

(Sueño)
Estaba caminando en la calle, descalza (algo raro en mí), me sentía extraña, como si mis pies estuvieran pegados al suelo, sabía perfectamente que si yo quisiera estos se levantarían grácilmente, pero no, era mejor así, estaban seguros, pero… ¿seguros de que?..
No me había dado cuenta de mi vestimenta, era de otra época como de 1800, debía admitir que aquel vestido era hermoso, sus pliegues revoloteaban por el suelo como las olas del mar, de repente en vez de estar en la calle me encontraba en medio de un salón. Habían muchas parejas bailando al ritmo del vals…
(fin del sueño)

Brrr...
Maldito celular- murmuré
Un poco dormida conteste:
-Bueno
-¿Dónde estás?- pregunto ansiosamente Hallie.
-Dormida en el jardín- respondí de mala gana y colgué.
Busque a Alysssa con la mirada, seguía dormida junto a mí, bien. En mi rápida búsqueda me topé con el libro, lo agarré solo para aventarlo de nuevo, no volvería a leer justo antes de dormir.

jueves, 6 de agosto de 2009

16. Cereal

-Clo
-Cinco minutos más- respondí medio dormida
Sentí como un pequeño bulto se subía en mi.
-Clo, tengo hambre- dijo Aly
Abrí los ojos y me di cuenta de lo tarde que era
-Ay voy nena
Me levante y fui a la cocina, revise rápidamente las opciones y le serví cereal
-Ten
-Este no es el mío- reclamo mientras hacía a un lado el plato
-Pero Aly… es el único que hay
-Pero ese no es mío, es de papá
-De acuerdo, pero no hay otro, ¿Qué te parece si te lo comes y al rato vamos por el tuyo?
No respondió, simplemente sacudió la cabeza.
-Vístete y vamos a comprar el tuyo
-Sip- dijo triunfante
Se levantó y fue a su cuarto. Yo no me cambié, traía un pants azul y una playera sencilla así que solo me puse una chamarra y los primeros zapatos que vi.
-¡Ya! Vamos- dijo Aly
Caminamos una cuadra hasta la tienda más cercana.
-A ver… ¿Cuál es tu cereal?
-Ese- dijo señalando una caja café
La tomé, pagamos y nos fuimos.
-Oh oh- él chico de ayer, Zeth, creo… venía caminado a una cuadra, al parecer también iba a comprar algo- ven nena
La tomé en brazos y me fui en dirección contraria
-Por aquí no es- dijo confundida Alyssa
-Si ya se pero quiero tomar un camino diferente
Empezaba a correr cuando Aly descubrió la presencia del chico.
-¡Mira! ¡Es Zet! ¡Hola!- gritó en dirección a él
¡No podía ser! ¡Yo todavía estaba en pijama!
Zeth se dio cuenta de nuestra presencia y corrió hacia nosotras, Aly sonrió al ver que su saludo había funcionado.
-Hola- saludo cortésmente mientras Aly le hacía un gesto con la mano
-Eh… hola
-¿Comprando cereal?- preguntó mientras señalaba la bolsa
-Ah sí, se acabo- después de una breve pausa continúe- bueno, creo que debemos irnos
-Ah claro, adiós
-gusto en verte- me despedí
Retomé el camino habitual a casa, una vez en ella le di cereal a Alyssa, quien se lo comió sin objeción.
-Vaya lió- susurré
-¿Eh?
-Nada peque, sigue comiendo.

Un mes!!!

yupi!!
Hoy se cumple un mes de que inicie el blog!! =D jaja
Gracias a las personas que leen mis locuras jaja tmn gracias a las que me dan opiniones sinceras de mi historia!!

miércoles, 5 de agosto de 2009

15. ¡Hallie!

Andrés insistió en acompañarnos pero, aun que yo quisiera eso iba a confundir a Alyssa más de lo que ya estaba así que regresamos solas a casa. Calenté un poco de la comida que Meg nos había dejado y se la di a Aly.
-¿ya no tas enojada con Andes?- pregunto tiernamente mientras comia.
-Pues… supongo que si
-y ¿pod que lo abrazaste?
-Porque así saludo a mis amigos y ahora él es un amigo.
-Ah- y se concentró nuevamente en su plato
Eso era lo bueno de ella, le contestabas una cosa y no volvía a sacar el tema.
Nos pasamos el resto de la tarde jugando, cuando durmió la lleve a su cama y siguió durmiendo plácidamente.
Tenía que reclamarle a Hall por no haberme dicho que Andrés estaba aquí así que tome el teléfono y le marque.
Un timbre… dos timbres… tres timbres…
-Hola- contestó tímidamente la voz de un niño
-Hola Jack, ¿está Hallie?
-Sí, pero dice que no esta
-Jack, ¿me harías un favor?
-Ajam
-Ve donde esta Hallie
-Ya
-Ahora presiona el altavoz, es el botón naranja del teléfono
-Listo- dijo satisfecho el pequeño
-¡¿qué estás haciendo?!- pregunto Hall angustiada
-¡HALLIE!- grite- ¡Como se te ocurre!
-Jack puedes cerrar la puerta al salir- murmuro
-¡Quiero respuestas!
-espera, deja quitó el altavoz- se escucho un breve silencio y continuo- listo
-Ahora ¿podrías decirme como es que Andrés sabía que estaba en el parque?
-Ahh… eso…
-Si eso- recalqué
-Es que me pareció muy romántica la idea- suspiro a mitad de la frase
-Sí pero ¿tienes idea del susto que me pego?
-Perdón- susurró
-Además me llegó por detrás y ya sabes que no me gusta
-Pero si te agrado que fuera, admítelo
-Si está bien, lo admito, pero…
-Nada nada, no acepto peros – se burlo
- bueno, ya
-Y ¿Cómo te va con Alyssa?
-Bien supongo- me reí tímidamente al recordar el incidente el moño
-¿Qué paso?- dijo ansiosa por saber, ¡como me conocía tanto!
-Nada
- Eso no fue nada señorina
-En verdad no paso nada, solo que se perdió un moñito- respondí entre risas
-¿Segura?
-Sí, bueno no, cuando llegue te cuento los detalles
-Más te vale
-Bueno ya me voy a bañarme y luego a dormir, luego hablamos
-Ok bye, ahh, se me olvidaba… mañana hay otra sorpresa para ti
-¡¿Qué?!- grité pero fue inútil, ya había colgado
Sabía que si llamaba de nuevo no me iba a contestar, así que lo deje por la paz y fui a bañarme.

lunes, 3 de agosto de 2009

14. Sorpresa

Cargue a Aly en mis brazos, y nos dirigimos a la casa. A la mitad del camino me di cuenta de que Alyssa solo traía uno de los moñitos que adornaban su peinado.
-¿Y tu moñito nena?
-No se
-¿crees que tu dedito pueda aguantar un ratito más?
-si, cleo que si
Di media vuelta para buscar el moñito rosado.
En cuanto entramos a parque nuevamente, Aly se fue a los columpios y como si no se hubiera machucado su dedo, se dispuso a jugar.
Sonó mi celular y con un movimiento rápido lo conteste podía ser mamá, ese pensamiento se borro fácilmente cuando vi quien llamaba; era Hall.
-¿Qué pasa?
-¿Dónde estás?- pregunto llena de emoción
-En el parque buscando un moño- reí para mis adentros- ¿por?
-Nada mas, suerte en encontrarlo- y colgó, ya que.
La búsqueda no fue eterna, empecé por los columpios y seguí con el pasto.
-¿Estas buscando algo?- preguntó intrigado un muchacho- parece que si
-Sí, es un moñito rosa- confesé mientras miraba a Aly de lejos- aun que parece que alguien se…
-¿es este?- pregunto el chico con entusiasmo, mientras señalaba el moño en la mano de su amigo- lo encontramos tirado en los columpios
-Ay, si gracias- dije mientras extendía a mi mano para recibirlo- ¿no creen que son un poco grandes para jugar en los columpios?- pregunte con tono irónico
-No – contesto el segundo chico con una sonrisa
Su voz me resulto muy familiar, aun que no lo había visto nunca, de eso estaba segura. Alyssa volteo en ese instante y cuando vio su moño regreso hacia mí.
-…- los dos muchachos miraron sorprendidos a mi hermana, quien me quito de las manos su preciado adorno.
-Aly… dale las gracias a… a…
-Zeth- respondió entre risitas el primer muchacho
-Zeth- afirme confundida
No entendía de qué se reía, tal vez de cómo me quito el moñito Alyssa… Busqué en su amigo la respuesta, justo cuando me di cuenta de la cara que traía puesta él. Solté una risa y él pareció darse cuenta de que lo miraba, se sonrojo y miro para otro lado.
-Gradcias Zet- dijo con delicadeza Aly
- Y bueno…- empezó Zeth a decir
-¿Te conozco?- le pregunte ansiosamente al otro chico sin poder evitarlo, me moria de ganas por saber.
Y cuando estaba a punto de contestar escuche una respiración muy cerca de mi.
-Hola- dijo la voz más hermosa que podré conocer, mientras me abrazaba por detrás.
Yo me sonroje hasta no poder más y Alyssa jaló mi pantalón buscando una explicación.
-Andrés- susurre
-Es mejor que nos vayamos- respondió avergonzado Zeth- Gusto en conocerte, y a ti también pequeña- añadió mirando a Aly
Con un gesto rápido de mano se despidieron.
-¿y tú qué haces aquí? – continuaba sorprendida por su repentina aparición
-mmm… Nicole se enfermo y regresamos
-Ay, no, pobrecita - murmure mientras cargaba a Aly
-no importa, pero podrías explicarme…- lo interrumpí bruscamente
-¡Como que no importa! ¡Es tu hermana!
-Ya está mejor, pero… dime que fue eso- pronuncio difícilmente mientras sujetaba el moño con rudeza
-Ahh… se le cayó a la niña y ellos lo encontraron, no puedo creer que seas tan celoso- respondí entre risas- ay mr. Celos
Los dos nos reímos mientras Aly seguía confundida, ella pensaba, como la mayoría, que había terminado con Andres.
-Ahora, si me disculpas, tengo que llevar a esta princesa a su casa- señalé a Alyssa tocándole la nariz

sábado, 1 de agosto de 2009

13.Solas

Los días pasaron rápidamente, me habían dado permiso para visitar a Aly así que el viernes empaqué maletas y fui a Querétaro.
Por desgracia Hall no pudo acompañarme, esta vez yo iría sola, tampoco Andrés estaba, se había ido de vacaciones a no sé dónde.
Iba a pasar todo el fin de semana encerrada en la casa de Meg, al menos podía llevar a Alyssa a algún lado.
Al legar me recibió Ian, me caía muy bien, en realidad lo consideraba, no como al típico padrastro maligno que siempre ponen en las películas, si no como un buen amigo de la familia.
Aly gritó de emoción en cuanto me vio, corrió hacia mí de tal forma que su cabello rubio parecía brillar bajo la leve luz del sol. Se veía tan adorable…
Tenía un plan raro, no tenía nada que hacer y este fin de semana sería el aniversario de Meg e Ian, había ahorrado lo suficiente para que se fueran el fin de semana a un hotel bonito cerca de la ciudad. Claro sin Aly, por eso yo me quedaría a cargo en la casa a cuidarla.
Yo sé que puedo ya soy lo suficientemente grande como para cuidar a mi hermanita- me decía una y otra vez en mi mente- además tengo un plan “b”, si no puedo sola me regreso a mi casa con todo y hermanita. No. No voy a necesitar un plan “b”, el plan “a” si va a funcionar!
Y así, guiada por mi terquedad, fue como despedí a Meg e Ian, quedándome completamente sola con una pequeña de dos años y medio.
No tenía ni idea de gustaba, pero tampoco podía preguntarle así nada más.
-Y bien… ¿Qué te gustaría que hiciéramos linda?
-adivina- era el colmo
-mmm… quieres jugar… ¿a las muñecas?
-Nop
-Ok, no, entonces… ¿quieres ver tele?
-Nopi
-¿quieres… que te peine?
-¡no!- chillo- quiedo ir al paque
-¿¿Al parque??
-Sí.
-¿Dónde está el parque Aly?
Me tomo de la mano y me llevo a la salida.
-¡hey!, tengo que ir por mis cosas primero
-¿Onde están?
- En el cuarto
Sin más Aly corrió al cuarto y trajo mi bolsa junto con mi suéter.
-Ahh, claro
Ya con mis cosas salimos de la casa, caminamos dos cuadras y encontramos un parque pequeño que solo tenía columpios, una casita y una rueda extraña con sillitas en la que se subían los niños y daban vueltas sin parar. De pequeña solía juagar mucho en ese juego, era mi favorito, lástima que ya no podía subirme. Me di cuenta de que Alyssa ya no estaba conmigo.
-¿Aly?, ¡Aly!- la busque desesperadamente con la mirada.
Ahí estaba, había corrido en dirección a los columpios.
-¡Alyssa! Me asustaste nena- me miraba con ojos tristes, con lágrimas asomándose en el borde de sus ojitos- ya no llores linda.- la abrace tiernamente mientras las lágrimas paraban.- es que… te quiero mucho, y me asuste…
-mi dedito…- y se echo a llorar otra vez
-¿tú dedo?- pregunte extrañada
Alzó su mano, enseñándome el dedo índice que en estos momentos se encontraba rojo
-Ay… mi vida!- exclame en cuanto me di cuenta de que se había machucado- ven vamos a casa.

sábado, 25 de julio de 2009

12. Preguntas

Después de avisar que íbamos a caminar tomamos nuestras bolsas y salimos.
-hoy es un buen día- dijo Hall tratando de romper el silencio
-Si
-perdón por ponerme sentimental – dijo Hall repentinamente
-No importa, yo también me pongo así de vez en cuando
-Pero yo más, admítelo
-Mmm… no lo creo las dos somos unas chillonas.
Callamos un rato; contemplábamos el cielo, los árboles, sus hojas y hasta cada uno de los insectos que había en el parque, ese lugar me recordaba mucho al que sería mi nuevo hogar.
-¿No crees que es un poco exagerado?
-¿Qué me vaya?
-Sí
-Pues…- estaba a punto de decir que no lo era, pero la verdad es que si, no podía cambiar mi estilo de vida de un día para el otro, entonces confesé- sí
-Y ¿por qué lo haces?
-Hall; ya sabes porque
-Sí pero… no te vas a casar con el tipo, ¿verdad?
-¿desde cuándo Andrés es “el tipo”?
-bueno, ¿Piensas casarte con “Andrés”?- dijo con tono sarcástico
-No- conteste de forma ruda y seca
-¿Entonces por qué te mudas?
-¡Porque lo quiero!- indignada me pare del asiento y emprendí el recorrido a mi casa
-¡Espera!- grito Hallie mientras me alcanzaba- sabes que no era mi intención
No respondí, me le quede mirándola, no estaba de humor para hablar. Muy en el fondo sabía que eso era cierto, ¿Para qué cambiar tanto mi forma de vida?
El 99% sabía que era por amor a Andrés pero todavía estaba el 1% que me decía que me quedara habría olvidado ese 1% por completo de no ser porque Hall lo saco a la luz.
No es su intención fastidiarte- me repetí constantemente- solo está algo nerviosa, tu también lo estarías si tu mejor amiga se fuera para no regresar. Detuve en seco mis pensamientos. No podía irme así nada más. Observe como el 1% crecía un poco más, solo un poco, pero su crecimiento dolía demasiado.
-No voy a irme para siempre, ¿verdad?- supliqué más que preguntar.
Hall no respondió, no la podía culpar, la única que podía conocer la respuesta era yo.
-No- susurre
Hallie me abrazo con ternura, las lagrimas ahora siempre presentes empezaron a rodar por mi cara.
-Eso es cierto- respondió Hall con una gran sonrisa y encogiéndose de hombros para no darle importancia- siempre vas a estar con migo… aquí – señalo su corazón.
No pude evitar soltar una risita.
-Gracias, tu también pero… ¿ahora vas a ser melodramática?
Las risas sustituyeron a las lagrimas cambiando completamente el ambiente.
-¿No lo era ya?
-Sí, creo que sí.
Nos echamos a reír con más fuerza.
-Vamos.
La agarre del brazo y fuimos a casa.

martes, 21 de julio de 2009

11.Casa

Como había dicho Hallie fue por mí a la casa, no quería salir, acababa de regresar.
-No tengo ganas de ir a pasear- reproché
-Mmm… yo tampoco, ¿pero qué haríamos?
-¿De qué tamaño está el armario?
-¿Cuál?
-el de la casa de Meg
-Es realmente chico
-Entonces no creo que me quepa toda esa ropa ahí- dije señalando al montón de ropa en el closet
-No- lentamente embozó una gran sonrisa, había entendido a que me refería.
Nos sumergimos en el mini cuarto que le hacía de armario y empezamos a depurar ropa; sacábamos lo que estaba viejo, lo que había dejado de gustarme o lo que, simplemente, nunca me ponía.
Íbamos por la mitad cuando nos dio hambre, bajamos a la cocina por un tentempié.
Picábamos una sandía cuando llegó Penélope y se ofreció a ayudarnos.
-Y bien, ¿Qué tanto hacían allá arriba?
-Nada importante, solo sacábamos un par de prendas- contesté encogiéndome de hombros
-Pues no parece que sean solo un par de prendas- alzó la ceja y miró en dirección a la bolsa negra llena de ropa.
Hallie empezó a reír y de pronto las tres no dejábamos de reír, era un buen momento, lleno de alegría, puede que Penélope no hable mucho pero su compañía era agradable.
Le contamos que queríamos deshacernos de prendas que no utilizábamos y que la donaríamos a una casa hogar, o al menos ese era el plan. Judy se encargaría de eso, la habíamos telefoneado y ella estaba de acuerdo, decía que conocía un lugar perfecto para donar la ropa.
Comimos un rico coctel de frutas acompañado con helado casero que hicimos, mejor dicho que hizo Hall, le salía delicioso, aunque tardaba mucho, se había pasado la tarde entera.
-ya me aburrí de mi casa – reproche cuando acabamos- aunque es bueno estar aquí, pero tampoco es para tanto.
-mmm… si, te entiendo- se quedo viendo a la nada, costumbre que le había pegado yo.
- Sabes, creo que mañana le voy a pedir permiso a papá para ir a ver a Alyssa, quiero ver que carita pone cuando me aparezca.
- A bueno- murmuró
- Si quieres puedes venir conmigo, no creo que le moleste a Meg.
-Bueno, no sé, tal vez…
-¿por qué andas así?
-Pues, es qué… te vas a burlar de mi…- dijo con un suspiro mientras una pequeña lagrima resbalaba por su cara.
-Sabes que yo no haría eso
-Es que cada vez me agrada menos que te vayas… y…- el llanto rompió bruscamente su frase.
-Ya tranquila- traté de consolarla acariciando suavemente su cabello
-Pero, ya no te voy a ver tan seguido… y… todo esto… acabará- replico entre sollozos.
-Nunca va a acabar, ¿oíste?- hiso un leve asentimiento con la cabeza- vamos a seguir siendo amigas pase lo que pase, ahora, ya te tranquilizaste ¿verdad?
-ajam
-entonces hay que salir, tú decides el lugar.
-solo quiero caminar- murmuró con su débil voz
-entonces solo caminaremos.

domingo, 19 de julio de 2009

10. Mentira

De nuevo recurrí al Vic VapoRub pero esta vez lo utilicé sutilmente.
-¿papá?- dije tocando la puerta de su despacho, mis piernas temblaban por el simple hecho de decir tantas mentiras en un solo día.
-¿Sí?
-¿Estas muy ocupado?
-No, ya casi acabo
-Es que…- ¡maravilla de pomada! Iba a tener que buscar más de esa, reaccionaba justo cuando lo necesitaba.
-No llores Chloe- dijo mientras me tendía sus manos
-Es que… tenías tanta razón, no vale la pena sufrir por alguien que no te merece…
-¡¿Qué te hiso?!- respondió con furia sabiendo perfectamente a quien me refería.
-Nada él no hiso nada…
-¿Y entonces?–preguntó más calmado
-Es que como ya no me hacía caso…
-Lo dejaste por la paz- concluyó mi padre
-Sip…- y me eche a llorar de nuevo
-Ya tranquila to…- en ese justo instante sonó su celular
-Bueno- respondió con voz severa, al otro lado del teléfono se escuchaba un breve parloteo – ahorita estoy ocupado.
-No te preocupes- le dije secándome las lágrimas con las mangas de mi sweater- ya me voy a dormir papi, gracias por escuchar…
Me dio un beso en la frente y me despidió con la mano cuando cerré la puerta.
La fase dos estaba completa, de seguro le ganaría la curiosidad a mi madre y le llamaría a Aaron, este, a su vez le preguntaría y entre los dos sacarían la conclusión de que había roto con Andrés.
Fui a mi cuarto y lo primero que hice fue prender mi computadora para hablar con Hallie, había prometido avisarle cuando hiciera “cosas estúpidas”. Me acosté boca abajo en mi cama y empecé a escribir:
-Hola!!
-hiciste cosas estúpidas verdad?
-Mmm… si consideras que llorar fingidamente enfrente de mi padre es estúpido, entonces sí
-Ay niña! Ahora si te pasaste, como se te ocurre…
-pues así nada más =P
- y como reaccionó?
-al principio tenía cara de matar a alguien pero creo que ahora esta feliz, ya sabes, a él no le cae bien Andrés
-Pues sí, no le gusta que su niña tenga novio
-Ay Hall, cuantas broncas te ahorras con tus papás
- Sipidipi
-por cierto, ya volvieron tus hermanos?
-No, faltan cuatro días más, ya los extraño mucho, aunque también me gusta le paz que se creó en la casa jiji
- que crees? Aly me llamo cuando llegue!, ay como quiero a esa niña jeje
-oye yo ya estoy muy cansada, mañana paso por tu casa vale?
- Ok, te cuidas eh?
- tú también, bye.
Tenía mucho sueño por el viaje pero aun me quedaba una cosa por investigar: mi sueño.
Puse mi buscador favorito y escribí:
Significado sueños, separación
Me aparecieron varias entradas, me metí a la más prometedora, decía:

Alejamiento beneficioso para estudiar y definir otra forma de vida.

Bueno, tal vez se refería a esta pequeña separación, decidí buscar más, pero casi todas las páginas decían lo mismo. Abandoné la búsqueda y me fui a dormir.
-Solo era un tonto sueño- me dije a mi misma mientras apagaba la luz- no es nada importante.

jueves, 16 de julio de 2009

9. Sueño

-¿Porque te fuiste a vivir con tu papá?- pregunto de repente Hallie cuando íbamos de regreso a casa
-¿eh?
-¿Por qué no te quedaste con Megan?
-¿a vivir?- oh, ni si quiera yo conocía la respuesta
-Si
-Bueno, no sé bien…
-Anda, dime
-Pues supongo que por conveniencia
-¿Cómo?- Hallie tenía verdadero interés en este asunto, y no iba a parar de preguntar hasta que le respondiera.
-Puede que parezca tonto, pero me gustaba la casa de Aaron y más aun las cosas que me regalaba.
-¿Y nunca pensaste en irte a vivir con tu mamá?
-Sí, pero luego conocí a Andres y me quede allá
-y ¿te hubiera… -la interrumpí a la mitad de la frase
-¿No crees que son demasiadas preguntas?
-Solo esta y ya- me suplico con esos ojitos tan tiernos con los que convencía a todos
-Está bien- le conteste de mala gana
-¿con quién crees que hubieras sido más feliz? ¿Con Aaron o con Megan?
-no se…- respondí si emoción alguna- bueno, ya deja de preguntar qué me voy a dormir
Hall respondió con un leve mugido que ignore.
Tuve un sueño extraño:

Estaba con Andrés en la misma plaza en la que me había dicho que se mudaría a ese lugar, tan horrible para mí. De la nada salieron unos brazos que lo jalaron hacia otra dirección, lejos de mí.
-¡¡No!!- quise gritar, pero no encontraba mi voz, estaba perdida junto con mi capacidad de reaccionar. Después de eso me quede inmóvil, atónita…
-Calma, todo va a estar bien- me dijo una voz hermosa, una voz que ya había oído antes pero que no lograba reconocer.
Algo raro y extraño me guiaba hacia la voz, era un tipo de lazo…

-Chloe, despierta, ya llegamos- dijo con ternura Hallie
-Ah, sí claro- dije mientras tallaba mis ojos, un hábito con el que luchaba desde niña.
-¿Cómo dormiste?, ¿Soñaste bonito?- No, fue el sueño más aterrador que he tenido.
-Aja- no quería que me bombardeara con preguntas, que apenas me estaba formulando yo misma.
Nuevamente Judy pasó por nosotras, primero fuimos a dejar a Hall a su casa, habría aceptado su invitación de pasar pero tenía que pensar.
¿Qué significaba ese sueño tan raro? Tal vez significaba como dejaría de ver por un tiempo a Andrés, o tal vez solo era otra de mis demencias.
Lo deje por las paz, tenía que desempacar y continuar con la farsa.
En eso sonó mi celular. Era mi mamá, tal vez había olvidado algo…
-Bueno…
-¡¡Clo!!- respondió Alyssa, ¿Pero qué…? – ¿tas ay?
-Si Aly, ¿por qué me llamaste pequeña?
-¡Te qiero!
-Yo más nena, ahora dime; ¿está ahí mamá?
-No, no ta, toy en tu cuato, ¿oie vas a regretzar?, te extaño mucho.
-No sé, pero el viernes voy a pedir permiso para ir contigo, ¿te parece?
-Sip
-¡Ya se!, podemos ir a comprar unas diademas para las dos
-mmm…- dijo en tono de reproche, podía hasta saber qué cara tenía en estos momentos- mejord pulsedas
-Pulseras me parece perfecto nena, oye, ya es hora de que te vayas a dormir, mejor mañana hablamos.
-Sipi- y colgó.
Como la adoraba, era tan linda y cariñosa, me agrada la idea de vivir con ella, pero ya tenía que ir a hablar con Aaron.

martes, 14 de julio de 2009

8. Regreso

Nos iríamos esa misma noche, ya había comprado los boletos, me hubiera encantado decirle a Andrés mi plan pero sabía que él no lo aceptaría que me mudara aquí, él solo deseaba que fuera lo más feliz que fuera posible, lo conocía bien y sabría que se opondría pero que terminaría cediendo, a él también le gustaría que yo me mudara aquí.
-Niñas, ya es hora de que se vayan o van a perder el autobús- replico mi madre
-Ya vamos ma- grite en dirección a ella
-Si señora, es que ya no hallamos como meter esto.
-¡Les dije que no trajeran tanta ropa!, ahora ya ni les cabe, pero me hubieran hecho caso y ya estarían allá…
-Ya entendimos mamá
-Ok, pero ya apúrense o se les va a hacer tarde.
- Esta bien señora
-Llámame Meg, Hallie
-Está bien.
-Si sigues distrayendo a Hall nunca llegaremos- reclame- ¡Eureka!
-¿¡Qué!?- preguntaron las dos al mismo tiempo
-Conseguí cerrar esto, ¡vámonos ya!- Ay mi madre!, con ella nunca conseguía llegar temprano, por eso había comprado boletos para media hora después de lo que le había dicho, así si llegaríamos a tiempo.
-¡¡Por dios santo!!, ¡corran niñas que ya vamos 20 minutos tarde!

domingo, 12 de julio de 2009

7. Manos a la obra

-¿Qué paso?- preguntó angustiada Hallie cuando llegue
-Nada, solo un ligero problemita que… -iba a decir que me molestaba pero en ese momento encontré la solución- ¡ya sé cómo resolver!
-Ok- respondió con un leve tono sarcástico
Era hora de poner manos a la obra, fui a nuestro cuarto, Hall me siguió impaciente.
-Bien, esto te está quedando realmente bonito, gracias- dije mientras extendía una enorme sonrisa en mi rostro.
Tocaron el timbre, estaba tan concentrada que me asusto pero en cuanto reconocí las voces de mi familia me levante para abrirles. Estaba a punto de hacerlo cuando pensé que sería una buena manera para empezar mi plan, fui en busca del Vick VapoRub, en cuanto lo encontré y sin pensarlo dos veces me lo puse en los ojos.
-Sígueme la corriente, ¿ok? – con lo único que me pudo responder Hallie fue con un asentimiento de cabeza, creo que le impacto la rudeza con la que me puse la pomada en los ojos, ahora ya llorosos; dolía horrible traer eso en los ojos pero estaba segura de que funcionaria.
-¡Ya voy mamá!- grite sollozando dramáticamente.
Abrí la puerta y sin mirar a Meg tomé en mis brazos a la pequeña Alyssa.
-¡Ay hermanita! ¡Ojala no sufras tanto como yo!
Las tres me miraban, mamá con interés, Hall confusa y Aly, ella solo se reía de la expresión de mi rostro, al parecer le resultaba gracioso.
-¿Qué te pasa Chloe?- pregunto Megan con ansias de saber, esto estaba funcionando a la perfección.
-Es que… es que… ¡duele tanto!- y me eche a llorar todavía más
-Dinos – esa era Hall, me sorprendió que todavía no entendiera.
-Está bien- hice una pausa y deje a Aly en el sillón- es que… tenía razón papá – por el cambio de mirada de Hallie supe de inmediato cuando me entendió- Andrés no vale la pena…
-¿¡Que!?- replicó sorprendida mi madre
-Sí, me dijo… él me dijo que…- y rompí a llorar- ¡ya no puedo más!
Salí corriendo a nuestro cuarto con Hall pisándome los talones.
-¿qué has hecho?- pregunto indignada en cuanto cerré la puerta
-Adelantar planes, solo eso
-¡Solo eso!- estaba empezando a enojarse- ¡casi me da un infarto! ¿Porque no me dijiste que ibas a hacer eso? Sabes muy bien que yo también tengo que saber lo que pasa, bueno no tanto pero esto si era importante y además…
-¡Hallie!- la interrumpí bruscamente antes de que siguiera con su monologo- ¡ni yo sabía lo que iba a hacer!
-Pero…
- Andres se va a mudar para acá… y yo no pensaba quedarme atrás, además ya me conoces, ¿de qué te sorprendes?
-¿¡Y porqué no me lo dijiste?!
-Porque no me dio tiempo- dije llorando, todavía traía la pomada en los ojos- ahora, si me lo permites, voy a quitarme esto de los ojos.
-¿Y cuando planeabas decírmelo?
-¿Decir qué?
-Que te vas a mudar para acá- respondió con tristeza, sabía que no duraría mucho sin llorar.
- No lo sé- respondí con franqueza, eso fue todo, con esas tres sencillas palabras se echó a llorar.
-Ya, tranquila, todo va a estar bien- la abrace instintivamente para consolarla
-Como quieres que este bien…- respondió entre sollozos- ya no te voy a ver..
-Claro que me veras nena, siempre voy a regresar a verte
-Pero no será lo mismo- empezaban a calmarse sus lagrimas, esta vez no habían durado mucho tiempo.
-Tienes razón- ahora las dos llorábamos sin poder parar las lagrimas que se derramaban

viernes, 10 de julio de 2009

6. Mudanza

Tomamos un taxi que nos llevo a una plaza, un poco pequeña para mi gusto.
-Esta es la plaza más grande de por aquí
-Creo que no conocen lo que es grande
Se empezó a reír despreocupadamente mientras me indicaba por donde era la entrada.
El lugar era bonito por dentro pero seguía siendo diminuto, nos dirigimos a lo que era el área de comida, era el lugar con más gente. Elegimos una mesa junto a un puesto de helados.
-Ahorita vengo- dijo ansiosamente antes de salir corriendo de ahí
¿Qué le pasaba? Solo cuando le dijimos a sus padres que éramos novios se había comportado así, pero ahora no había motivo del cual preocuparse, ¿o sí?
Me estaba preguntando precisamente eso cuando lo volví a ver, ya estaba más tranquilo pero de todas maneras nervioso.
-¿Quieres un helado?- no me gustaban mucho que digamos pero si eso lo calmaba…
-Claro
Se paro y trajo dos nieves, una de mandarina y la otra de fresa.
-¿Cuál?
No le respondí, simplemente agarre la de mandarina.
-Bueno… te tengo que decir algo- dijo dudando.
-De acuerdo dime antes de que te salgan arrugas- esto pareció tranquilizarle un poco.
-Es que…
-dime- le dije en tono acusador
-Bueno es que mis padres han decidido mudarse…- hiso una corta pausa y continuo- cerca de aquí
¡Qué! ¡No! ¡Esto tenía que ser una broma! No, él no debía mudarse, él NO podía, ¡no podía estar lejos de él! ¡Esto no podía estar sucediendo!
-¿Cielo?...- no pude distinguir qué era lo demás que me dijo, todo se volvió confuso, era como si una burbuja gigante me atrapara impidiéndome escuchar o hablar cualquier cosa. Luche para salir de ese lugar pero cada vez que intentaba romperla parecía que se hacía aún más diminuta, solo cuando me tranquilicé, pude escuchar lo que me decía Andrés.
-¿Chloe?, ¿ya estas mejor?- preguntó esperanzado
-Un poco- dije con voz lastimosa
-Si tú lo dices…
No me había dado cuenta de en donde estábamos, hasta ahora; no sé cómo pero estábamos ya en su departamento.
-Tengo que irme
-¿Quieres que te acompañe?
-No, gracias, necesito… - ¿qué le podía decir?- pensar en cómo resolverlo…
-Ah, claro- respondió desanimado
Cuando salí del edificio alcancé a oír como la tía Kate le preguntaba:
-¿Ya le dijiste?- tratando de disimularlo.
No quería seguir escuchando, tenía que encontrar una solución así que me dirigí a la casa de Meg.

miércoles, 8 de julio de 2009

5. Querétaro

El sábado en la mañana llame a Judy para que ella nos llevara a la central de autobuses, nuevamente Aaron lo había cancelado.
-Y ¿ya le llamaste?- me preguntó Hallie
-Sí, ya lo arregle todo, ¿segura que no te importa quedarte encerrada en la casa?
-No, como crees, tengo tarea así que me la pasare haciéndola y aunque termine aun me queda decorar ese cuarto que dices
-Gracias, no sabes cuánto te agradezco que hagas todo esto por mí
-Encantada de servirle señorita- respondió con la mano en el corazón.
Si este plan funcionaba lo único que me dolería dejar atrás sería a Hall, ella hacia todo por mí y yo todo por ella, éramos amigas desde pequeñas, habíamos compartido todo tipo de secretos, ella era mi confidente.
Llegamos a la casita de Megan, era todo lo contrario a mi casa; esta casa era absolutamente pequeña pero con un gran jardín, era un poco vieja y de estilo rustico. Mamá había cambiado su departamento en a ciudad por esto.
La casa consistía en una pequeña sala y comedor, tres cuartos, una mini cocina y dos baños. El cuarto que nos habían preparado era el más grande, de hecho era el único en el que podíamos caber las dos junto con todas nuestras maletas. Eso sí, el jardín era hermoso en el que había millones de flores de todos los colores, si te acostabas en el pasto podías ver el cielo en su plenitud, escuchar cada insignificante sonido. Todo era bello en aquel gigantesco lugar en el que te podías perder.
Me tenía que apurar si quería ver a Andrés así que deje atrás el deseo desesperado de ir a ese lugar, moría de ganas por verlo.
-Sí, anda ve, yo aquí te espero- había dicho Hallie mientras le decía que me iría
-Gracias
En cuanto dijo eso salí corriendo de ahí. Me sorprendió lo linda y pintoresca que era la ciudad, no creía posible pasarla bien aquí por ser un lugar pequeño pero me estaba agradando cada vez más la idea de vivir ahí.
Ya casi llegaba, había ido caminando para conocer mejor el lugar, solo me faltaba una cuadra cuando sonó mi celular.
Era un número desconocido, pero aun así conteste.
-Bueno
-eeemm… uhmm… ¿esta Felipe?- dijo la voz de un joven, era una voz absolutamente hermosa, era grave pero a la vez dulce y cortes.
-No, lo siento no lo conozco, te debes de haber equivocado de número- respondí un poco nerviosa
-ohh… gracias- y colgó, no sé por qué dije tanto, siempre que era número equivocado hablaba bruscamente y colgaba en cuanto le decía que se habían equivocado.
Tenía que seguir con mi recorrido, seguí caminando hasta que llegue; Andrés estaba esperándome en la puerta del edificio.
-Por fin llegas Chloe, estaba a punto de llamarte
-Es que me vine caminando
-Me hubieras hablado y yo iba por ti cielo
-No lo había pensado- respondí mientras una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro
- Bueno… y ¿qué quieres hacer?
-No sé, y ¿tú qué piensas?
-Yo mmm… pienso en ti- respondió a la travesura de mi corazón
-Ya enserio, ¿a dónde se te ocurre que podamos ir?
-Conozco un lugar al que te encantaría ir
-Pues vamos

martes, 7 de julio de 2009

4. Una idea genial

La mañana siguiente fue ligeramente mejor, me desperté a medio día, le llamé a Hallie para que viniera y me sacara de aquí. Acudió enseguida, mi voz debía sonar muy deprimente. Me espero en mi salita en lo que yo me cambiaba, me puse una playera aguada y mis jeans rotos.
-¿Cuándo hiciste este cuadro?- preguntó en cuanto baje
-Ayer lo termine, ¿por?
-Siento no haberte acompañado… - me acerque al cuadro, no podía siquiera creer que yo hubiera hecho eso, era asombroso, estaba lleno de tristeza pero a la vez de esperanza, esperanza de que esto cambiara pronto, odiaba sentirme débil.- pero ve el lado bueno, hiciste un gran mar- me abrazo en cuanto vio mis ojos vacíos, no sabía que decir o pensar siquiera, todo lo que sentía lo había reflejado en aquel mar.
-Nos vamos ya- exigí más que preguntar
-No piensas en ir con eso, ¿verdad?- pregunto ansiosa
-No lo sé- respondí con honestidad
-Mmm… vamos te ayudare a vestirte
No quería entrar otra vez al armario, era un poco deprimente, pero tenía que poner buena cara si quería subirme los ánimos. A las dos nos encantaba mi ropa, a veces nos pasábamos todo el día jugando con ella, probándonos cosas y experimentando con nuevas combinaciones.
Fuimos a una nueva tienda, era de vestidos para fiestas.
-Tengo que comprar uno- explico- van a ser los quince años de mi prima
Nos sumergimos en una búsqueda intensiva hasta hallar un hermoso vestido negro de tirantes. La caza de vestidos me levanto mucho el ánimo y al final del día me compre una bonita pulsera que quedaba muy bien con mi vestido rojo. Tal vez estar separados no fuera tan malo, no estaríamos siempre así, a lo mucho un mes, además él me había prometido que vendría cada fin de semana que yo no pudiera ir para allá.
Fuimos a otra tienda, solo para ver que nos encontrábamos. Hallie estaba viendo un pantalón cuando mi di cuenta de algo grandioso.
-¡Ya se!- grite con ánimos – ¡tienes que ayudarme Hall!
-Sí, te ayudo, ¿pero a qué?
- A convencer a Aaron
-¿Pero cómo?
-Con ingenio Hall, haremos que mi padre piense que me enoje con Andrés, así me dejará irme con mi mamá ¡y podré verlo cuando quiera!- el plan ya se estaba formando en mi mente.
-¿Y cómo haremos que nos escuche si nunca esta?
-Eso es por lo que te necesito, ¿crees que tus papás te dejen ir conmigo un fin de semana a Querétaro?
-A lo mejor, tienen un campamento mis hermanitos y papá planea llevar a mamá a un restaurante esa noche.
-Perfecto, tu pide permiso, Aaron me va a llevar esta vez a ver a mi hermanita y a Meg.
-Ok haré lo que pueda.
No hubo cosa esa tarde que me quitara la gran sonrisa de mi rostro.
Hall no tuvo que suplicar mucho para que la dejaran acompañarme, y papá estaba alegre de que fuera ella la que me acompañara y no Andrés.

3. Depresión

Al llegar a México seguía pensando en cómo podría verlo más seguido, era casi imposible, Andrés no tenía coche, a mi me faltaban tres largos meses para sacar mi permiso y estaba totalmente segura de que no me llevarían a diario a Querétaro
-Lo siento mucho- susurro Judy en cuanto me vio dándome a la vez un gran abrazo que en estos momentos me hacía mucha falta, necesitaba urgentemente levantarme el ánimo, tal vez alguien me podría acompañar de compras, un rato solo para chicas, llegando a casa arreglaría eso, pensándolo bien, lo mejor sería encerrarme en mi cuarto y hallarle una solución a todo esto.
Aunque Judy me caía muy bien solo podía verla como la asistente de “papá”, más bien era mi asistente, me llevaba y traía a todas partes, me ayudaba con proyectos, me daba consejos y también le decía a papá todo lo que yo no quería decirle. Consideraría visitar a Hallie mañana para levantarme el ánimo. Pero ahora solo quería llegar a mi cuarto.
Una vez a en mi habitación me dirigí inmediatamente a mi armario y no salí de el hasta el amanecer con los ojos completamente secos por todas las lagrimas derramadas.
Debía hacer algo, no podía estar de un lado para el otro como un muerto, tenía que haber otras cosas que hacer, tenía que salir y tratar de componerme para que no se notara tanto mi depresión. Llamaría a Hallie, ella me comprendería, o al menos lo trataría, la conocía perfectamente y sabía que me apoyaría con cualquier locura que quisiera. Por desgracia Hallie estaba ocupada cuidando a sus dos hermanitos pequeños: Jack y Molly, aunque podía acompañarla pero no sería lo mismo, yo no sería capaz de hablar sobre él mientras dos pequeños estuvieran presentes.
Ya era lunes, el primer lunes del verano, no tenía otra cosa que hacer más que volver al armario, pero no podía hacer eso de nuevo, me dejaba agotada. Decidí irme a mi salita para dedicarme un poco a mis pinturas, agarre mi pincel favorito, le puse azul marino encima y empecé a pintar. Se hizo de noche pero no me importo, estaba descargando todo lo que sentía en ese lienzo, formando un mar. Después de agotadores días, de comer y dormir poco y solo cuando era realmente necesario, lo acabe, me fui a dormir sin siquiera mirar mi obra, eran la tres de la madrugada, me había llevado tres días enteros en terminarlo y estaba cansada.

lunes, 6 de julio de 2009

2. Hasta luego

No tuvimos que esperar mucho tiempo afuera en lo que pasaban por nosotros, su tía era una persona muy puntual, todo lo contrario a mi papá, él se hubiera tardado horas en llegar, poniendo como pretexto que tenía mucho trabajo, aunque, pensándolo bien seria genial pasar ese tiempo con Andrés a solas, sin hermanos fastidiándonos o cualquier otro familiar.
Su tía Kate me caía muy bien, ella y mi madre eran las únicas que no nos interrogaban en cuanto nos veían, aunque, claro Megan solo había visto dos veces a Andrés.
Después de salir de mi burbuja en la que solía meterme cuando pensaba, me di cuenta de recorríamos una avenida muy familiar, me sabia a la perfección en donde se encontraba cada tienda y donde se podía encontrar cualquier chuchería que quisieras.
-¿Qué estamos haciendo aquí?
-Bueno, Chloe, por aquí es la casa que rentaron Clarisse y Derek- me respondió tiernamente la tía Kate. Ella insistía en que le dijera tía Kate se supone que era para suavizar las cosas, pero yo no podía pedir eso a cambio, no me gustaba que les dijera Clarisse y Derek a los padres de mi novio.- es justo ahí, yo también vivo ahí ¿sabes?
-No, no lo sabía
¡No podía creerlo! Iban a estar tan cerca de mi mamá, eso era genial, si no me dejaban quedarme en su casa, o mínimo en el de la tía Kate, simplemente me podía quedar con Meg. Solo había unas cuantas cuadras, para ser exacta, solo había siete cuadras de distancia. Reí de puro gozo.
-¿Qué es tan divertido?- me pregunto ansioso Andrés
-Pues que yo sé en donde estamos, estamos a escasas cuadras de la casa de mi mami.
Lo entendió tan rápido como yo.
-¿Crees que…?
-No sé, tengo que hablar primero con ella, pero ya no puedo esperar…
Saque mi celular, el blanco, ya que también era un radio que me facilitaba la comunicación con mamá.
Llame a mi mamá y dijo que ella estaba de acuerdo y que me desocuparía la habitación de huéspedes. Qué bien, ya había convencido a mami, ahora quedaba lo más difícil; convencer a mi papá.
Ya habíamos llegado al departamento de la tía Kate y había pedido prestado su teléfono.
El problema con Aaron es que él no sabía que tenía novio y pensaba que estaba aquí con una amiga y no con Andrés. Mi papá dijo que no habría problema en que me fuera las vacaciones pero que tenía que hablar primero con los papás de mi “amiga” e informarles que mi mamá también estaba ahí.
Mientras tía Kate hablaba con él yo no podía parar mi pierna. Cada vez vibraba con mayor rapidez.
-Ya, tranquila, no va a pasar nada malo, solo es tu papá
-Es que no conoces muy bien a Aaron- respondí a su pregunta gruñéndole, solía ponerme de ese humor cuando tenía que decirle cosas importantes a mi padre.
Espero poder algún día llegar a suprimir esa conversación de mi mente; mi padre, como era de esperar, se opuso inmediatamente a cualquier cosas que tuviera que ver con un niño, él me creía todavía niña, por suerte Penélope fue más comprensiva y me prometió que trataría de convencerlo. Como mi padre estaba tan… raro decidí que no era el mejor momento para pedirle quedarme en la casa, si quiera de mi mamá así que tuve que despedirme de todos e irme repentinamente para alcanzar ese tonto autobús que me enviaría lejos de mi felicidad, o al menos de la alegría permanente.

1. Dos años

Hoy se cumplían dos años, los dos años más felices de mi vida, dos años en los que había amado con todo mi corazón a Andrés, el amor de mi existencia, pero no era momento de pensar en él, tenía que concentrarme en mi clase de natación aunque sería muy difícil no pensar en el en esta fecha tan importante, era nuestro aniversario, un día como este nos habíamos conocido y de inmediato enamorado perdidamente.
-¡Chloe! Presta atención a la clase, si no te interesa te puedes ir, aquí solo ay lugar para los que se esfuerzan.
-Si.- respondí desanimada, blag, ya no aguantaba a ese maestro, por suerte la clase estaba a punto de acabar.
Quince minutos después el maestro dio por acabada la clase, salí del agua y no supe que hacer cundo no lo vi cerca de ahí, se supondría que me esperaría, tal vez ya se había ido, un poco preocupada me fui a los vestidores. Por milagro del cielo él estaba justo en la puerta a la que me dirigía; me refugie en sus brazos olvidándome por completo que estaba empapada y que aún conservaba la toalla enredada bajo mis brazos.
Me dedico una de esas sonrisas suyas tan amadas, me aparto de pelo de la cara y me recordó dulcemente al oído que tenía que cambiarme.
Con la misma rapidez con la que me había lanzado a sus brazos, entre al vestidor. No recuerdo con exactitud cómo es que salí de ahí pero lo hice. Él ya no me esperaba afuera de los vestidores, en vez de eso estaba donde debería de estar: en la salita de espera.
Me lancé nuevamente a sus brazos, ¿acaso sería capaz de evitarlo algún día?, me abrazó y me sonrió.
-Tengo algo para ti- susurro suavemente a mi oído
Alce la vista y observe atenta a lo que intentaba sacar de su mochila, cuando lo logro, le sacudió algunas basuritas de encima- él siempre tan desordenado- y me lo entrego.
Me quede muda al ver la delicada forma de la cajita, tenía unas pequeñísimas piedras incrustadas que brillaban un poco con el reflejo de la luz, no era gran cosa, pero aun no podía creer que él me diera algo, era la primera vez que lo hacía y yo sabía porque; le había dicho estrictamente que no me gustaban las sorpresas, pero en el fondo realmente las adoraba.
-¿Te gusta?- me preguntó al notar mi reacción
-Me encanta, es tan hermosa- hice una pausa para admirar la cajita nuevamente- ¿de dónde la sacaste?
- La hice yo- me respondió orgulloso y como no le creí, me confesó: -bueno, me ayudo un poco mi hermana
-mmm
-Está bien, me ayudo bastante, ¿contenta?
-Siempre lo estoy cuando te encuentras a mi lado- respondí mientras le rozaba la nariz con mis dedos.
-Bueno, creo que ahora debemos decir adiós,- dijo con una mueca, resultaba de lo más divertido que, después de llevar un tiempo razonable de estar juntos, todavía no me acostumbrara a todos sus gestos- no puedes perder ese autobús.
-Sí, sí puedo- conteste automáticamente, no quería perderlo de vista ni por un segundo
-Corrección; puedes pero no deberías
-¿Por qué no?
-Porque te están esperando en casa, cielo.
-mmm…,¿sabías que también tengo una casa aquí?
-Sí, si lo sé, es la casa de tu mamá, ¿Megan, verdad?
-Sip
-De todas formas no deberías hacerle eso a tus padres- me reprocho
-No le estoy haciendo nada, solo cambie de idea sobre con quien me quiero quedar estas vacaciones- le explique con una sonrisita tonta que no me la podía quitar de encima.
-Ya se, vamos con mi familia y llamamos a la tuya desde ahí- yo ya había empezado a hacer figuritas con mis, tan familiares manos parlanchinas, así que él no pudo más que sonreír y seguir explicándome su plan- si están de acuerdo, tanto tu mamá como tu papá, entonces te puedes quedar en la casa que vamos a rentar en lo que estamos aquí.
Mmm..
-Una tentadora, alternativa
Y con esa última frase metí la hermosa cajita a mi mochila, esperando que no se quebrara su fino cristal.

Prólogo

¿Como saber que en unos pocos segundos se cambiaría mi modo de ver las cosas?¿Como saber el giro tan drástico que daría mi vida a partir de ese momento? Yo nunca habría imaginado que ese cambio, al principio tan horrible, pero ahora tan hermoso sería la razón de mi ser, la razón de seguir aquí...