miércoles, 8 de julio de 2009

5. Querétaro

El sábado en la mañana llame a Judy para que ella nos llevara a la central de autobuses, nuevamente Aaron lo había cancelado.
-Y ¿ya le llamaste?- me preguntó Hallie
-Sí, ya lo arregle todo, ¿segura que no te importa quedarte encerrada en la casa?
-No, como crees, tengo tarea así que me la pasare haciéndola y aunque termine aun me queda decorar ese cuarto que dices
-Gracias, no sabes cuánto te agradezco que hagas todo esto por mí
-Encantada de servirle señorita- respondió con la mano en el corazón.
Si este plan funcionaba lo único que me dolería dejar atrás sería a Hall, ella hacia todo por mí y yo todo por ella, éramos amigas desde pequeñas, habíamos compartido todo tipo de secretos, ella era mi confidente.
Llegamos a la casita de Megan, era todo lo contrario a mi casa; esta casa era absolutamente pequeña pero con un gran jardín, era un poco vieja y de estilo rustico. Mamá había cambiado su departamento en a ciudad por esto.
La casa consistía en una pequeña sala y comedor, tres cuartos, una mini cocina y dos baños. El cuarto que nos habían preparado era el más grande, de hecho era el único en el que podíamos caber las dos junto con todas nuestras maletas. Eso sí, el jardín era hermoso en el que había millones de flores de todos los colores, si te acostabas en el pasto podías ver el cielo en su plenitud, escuchar cada insignificante sonido. Todo era bello en aquel gigantesco lugar en el que te podías perder.
Me tenía que apurar si quería ver a Andrés así que deje atrás el deseo desesperado de ir a ese lugar, moría de ganas por verlo.
-Sí, anda ve, yo aquí te espero- había dicho Hallie mientras le decía que me iría
-Gracias
En cuanto dijo eso salí corriendo de ahí. Me sorprendió lo linda y pintoresca que era la ciudad, no creía posible pasarla bien aquí por ser un lugar pequeño pero me estaba agradando cada vez más la idea de vivir ahí.
Ya casi llegaba, había ido caminando para conocer mejor el lugar, solo me faltaba una cuadra cuando sonó mi celular.
Era un número desconocido, pero aun así conteste.
-Bueno
-eeemm… uhmm… ¿esta Felipe?- dijo la voz de un joven, era una voz absolutamente hermosa, era grave pero a la vez dulce y cortes.
-No, lo siento no lo conozco, te debes de haber equivocado de número- respondí un poco nerviosa
-ohh… gracias- y colgó, no sé por qué dije tanto, siempre que era número equivocado hablaba bruscamente y colgaba en cuanto le decía que se habían equivocado.
Tenía que seguir con mi recorrido, seguí caminando hasta que llegue; Andrés estaba esperándome en la puerta del edificio.
-Por fin llegas Chloe, estaba a punto de llamarte
-Es que me vine caminando
-Me hubieras hablado y yo iba por ti cielo
-No lo había pensado- respondí mientras una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro
- Bueno… y ¿qué quieres hacer?
-No sé, y ¿tú qué piensas?
-Yo mmm… pienso en ti- respondió a la travesura de mi corazón
-Ya enserio, ¿a dónde se te ocurre que podamos ir?
-Conozco un lugar al que te encantaría ir
-Pues vamos

No hay comentarios:

Publicar un comentario