martes, 21 de julio de 2009

11.Casa

Como había dicho Hallie fue por mí a la casa, no quería salir, acababa de regresar.
-No tengo ganas de ir a pasear- reproché
-Mmm… yo tampoco, ¿pero qué haríamos?
-¿De qué tamaño está el armario?
-¿Cuál?
-el de la casa de Meg
-Es realmente chico
-Entonces no creo que me quepa toda esa ropa ahí- dije señalando al montón de ropa en el closet
-No- lentamente embozó una gran sonrisa, había entendido a que me refería.
Nos sumergimos en el mini cuarto que le hacía de armario y empezamos a depurar ropa; sacábamos lo que estaba viejo, lo que había dejado de gustarme o lo que, simplemente, nunca me ponía.
Íbamos por la mitad cuando nos dio hambre, bajamos a la cocina por un tentempié.
Picábamos una sandía cuando llegó Penélope y se ofreció a ayudarnos.
-Y bien, ¿Qué tanto hacían allá arriba?
-Nada importante, solo sacábamos un par de prendas- contesté encogiéndome de hombros
-Pues no parece que sean solo un par de prendas- alzó la ceja y miró en dirección a la bolsa negra llena de ropa.
Hallie empezó a reír y de pronto las tres no dejábamos de reír, era un buen momento, lleno de alegría, puede que Penélope no hable mucho pero su compañía era agradable.
Le contamos que queríamos deshacernos de prendas que no utilizábamos y que la donaríamos a una casa hogar, o al menos ese era el plan. Judy se encargaría de eso, la habíamos telefoneado y ella estaba de acuerdo, decía que conocía un lugar perfecto para donar la ropa.
Comimos un rico coctel de frutas acompañado con helado casero que hicimos, mejor dicho que hizo Hall, le salía delicioso, aunque tardaba mucho, se había pasado la tarde entera.
-ya me aburrí de mi casa – reproche cuando acabamos- aunque es bueno estar aquí, pero tampoco es para tanto.
-mmm… si, te entiendo- se quedo viendo a la nada, costumbre que le había pegado yo.
- Sabes, creo que mañana le voy a pedir permiso a papá para ir a ver a Alyssa, quiero ver que carita pone cuando me aparezca.
- A bueno- murmuró
- Si quieres puedes venir conmigo, no creo que le moleste a Meg.
-Bueno, no sé, tal vez…
-¿por qué andas así?
-Pues, es qué… te vas a burlar de mi…- dijo con un suspiro mientras una pequeña lagrima resbalaba por su cara.
-Sabes que yo no haría eso
-Es que cada vez me agrada menos que te vayas… y…- el llanto rompió bruscamente su frase.
-Ya tranquila- traté de consolarla acariciando suavemente su cabello
-Pero, ya no te voy a ver tan seguido… y… todo esto… acabará- replico entre sollozos.
-Nunca va a acabar, ¿oíste?- hiso un leve asentimiento con la cabeza- vamos a seguir siendo amigas pase lo que pase, ahora, ya te tranquilizaste ¿verdad?
-ajam
-entonces hay que salir, tú decides el lugar.
-solo quiero caminar- murmuró con su débil voz
-entonces solo caminaremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario