viernes, 13 de noviembre de 2009

25. ¡Meg volvió!

En lo que terminaba de colocar nuevamente las rosas en su jarrón pensaba en una convincente explicación para irme de aquí antes del atardecer, eran las once de la mañana, de seguro no habría tanto problema en encontrar un autobús que me llevara a mi casa.
Fui por Aly cuando mis lágrimas se secaron, no quería que me viera llorar así que me decidí a no volver a sacar el tema mientras estuviese aquí. Me miro desconcertada cuando entre, se quito los audífonos y fue directamente a abrazarme.
-¿Qué crees nena? ¡Ya va a llegar mamá!
-¡Mamá!- gritó feliz
-Si nena, ya casi llega, acaba de llamar- contesté con la mejor sonrisa que fui capaz de dar.- Haber, ay que ponerte muy guapa para que mami te vea, ¿sale?
-Ajam- asintió dando brinquitos.
Lo primero que hice fue cambiarle de vestido, el que traía puesto ya se había ensuciado, así que le puse uno blanco con flores rosas. Le cepille su cabello para que sus pequeños caireles rubios relucieran aún más y por último le puse un lindo listón rosa como diadema.
-Listo
Debo admitir que me había divertido arreglándola, parecía una princesa recién salida de su cuento de hadas.
Segundos después sonó el timbre, Aly corrió hacia la puerta y no me quedo de otra más que seguirla al mismo ritmo.
Antes de abrir la puerta escondí el ramo de flores, no quería dar explicaciones.
Alyssa gritó en cuanto vio a sus padres, debió de extrañarlos mucho.
-¡Mami! ¡Papi!

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