sábado, 25 de julio de 2009

12. Preguntas

Después de avisar que íbamos a caminar tomamos nuestras bolsas y salimos.
-hoy es un buen día- dijo Hall tratando de romper el silencio
-Si
-perdón por ponerme sentimental – dijo Hall repentinamente
-No importa, yo también me pongo así de vez en cuando
-Pero yo más, admítelo
-Mmm… no lo creo las dos somos unas chillonas.
Callamos un rato; contemplábamos el cielo, los árboles, sus hojas y hasta cada uno de los insectos que había en el parque, ese lugar me recordaba mucho al que sería mi nuevo hogar.
-¿No crees que es un poco exagerado?
-¿Qué me vaya?
-Sí
-Pues…- estaba a punto de decir que no lo era, pero la verdad es que si, no podía cambiar mi estilo de vida de un día para el otro, entonces confesé- sí
-Y ¿por qué lo haces?
-Hall; ya sabes porque
-Sí pero… no te vas a casar con el tipo, ¿verdad?
-¿desde cuándo Andrés es “el tipo”?
-bueno, ¿Piensas casarte con “Andrés”?- dijo con tono sarcástico
-No- conteste de forma ruda y seca
-¿Entonces por qué te mudas?
-¡Porque lo quiero!- indignada me pare del asiento y emprendí el recorrido a mi casa
-¡Espera!- grito Hallie mientras me alcanzaba- sabes que no era mi intención
No respondí, me le quede mirándola, no estaba de humor para hablar. Muy en el fondo sabía que eso era cierto, ¿Para qué cambiar tanto mi forma de vida?
El 99% sabía que era por amor a Andrés pero todavía estaba el 1% que me decía que me quedara habría olvidado ese 1% por completo de no ser porque Hall lo saco a la luz.
No es su intención fastidiarte- me repetí constantemente- solo está algo nerviosa, tu también lo estarías si tu mejor amiga se fuera para no regresar. Detuve en seco mis pensamientos. No podía irme así nada más. Observe como el 1% crecía un poco más, solo un poco, pero su crecimiento dolía demasiado.
-No voy a irme para siempre, ¿verdad?- supliqué más que preguntar.
Hall no respondió, no la podía culpar, la única que podía conocer la respuesta era yo.
-No- susurre
Hallie me abrazo con ternura, las lagrimas ahora siempre presentes empezaron a rodar por mi cara.
-Eso es cierto- respondió Hall con una gran sonrisa y encogiéndose de hombros para no darle importancia- siempre vas a estar con migo… aquí – señalo su corazón.
No pude evitar soltar una risita.
-Gracias, tu también pero… ¿ahora vas a ser melodramática?
Las risas sustituyeron a las lagrimas cambiando completamente el ambiente.
-¿No lo era ya?
-Sí, creo que sí.
Nos echamos a reír con más fuerza.
-Vamos.
La agarre del brazo y fuimos a casa.

martes, 21 de julio de 2009

11.Casa

Como había dicho Hallie fue por mí a la casa, no quería salir, acababa de regresar.
-No tengo ganas de ir a pasear- reproché
-Mmm… yo tampoco, ¿pero qué haríamos?
-¿De qué tamaño está el armario?
-¿Cuál?
-el de la casa de Meg
-Es realmente chico
-Entonces no creo que me quepa toda esa ropa ahí- dije señalando al montón de ropa en el closet
-No- lentamente embozó una gran sonrisa, había entendido a que me refería.
Nos sumergimos en el mini cuarto que le hacía de armario y empezamos a depurar ropa; sacábamos lo que estaba viejo, lo que había dejado de gustarme o lo que, simplemente, nunca me ponía.
Íbamos por la mitad cuando nos dio hambre, bajamos a la cocina por un tentempié.
Picábamos una sandía cuando llegó Penélope y se ofreció a ayudarnos.
-Y bien, ¿Qué tanto hacían allá arriba?
-Nada importante, solo sacábamos un par de prendas- contesté encogiéndome de hombros
-Pues no parece que sean solo un par de prendas- alzó la ceja y miró en dirección a la bolsa negra llena de ropa.
Hallie empezó a reír y de pronto las tres no dejábamos de reír, era un buen momento, lleno de alegría, puede que Penélope no hable mucho pero su compañía era agradable.
Le contamos que queríamos deshacernos de prendas que no utilizábamos y que la donaríamos a una casa hogar, o al menos ese era el plan. Judy se encargaría de eso, la habíamos telefoneado y ella estaba de acuerdo, decía que conocía un lugar perfecto para donar la ropa.
Comimos un rico coctel de frutas acompañado con helado casero que hicimos, mejor dicho que hizo Hall, le salía delicioso, aunque tardaba mucho, se había pasado la tarde entera.
-ya me aburrí de mi casa – reproche cuando acabamos- aunque es bueno estar aquí, pero tampoco es para tanto.
-mmm… si, te entiendo- se quedo viendo a la nada, costumbre que le había pegado yo.
- Sabes, creo que mañana le voy a pedir permiso a papá para ir a ver a Alyssa, quiero ver que carita pone cuando me aparezca.
- A bueno- murmuró
- Si quieres puedes venir conmigo, no creo que le moleste a Meg.
-Bueno, no sé, tal vez…
-¿por qué andas así?
-Pues, es qué… te vas a burlar de mi…- dijo con un suspiro mientras una pequeña lagrima resbalaba por su cara.
-Sabes que yo no haría eso
-Es que cada vez me agrada menos que te vayas… y…- el llanto rompió bruscamente su frase.
-Ya tranquila- traté de consolarla acariciando suavemente su cabello
-Pero, ya no te voy a ver tan seguido… y… todo esto… acabará- replico entre sollozos.
-Nunca va a acabar, ¿oíste?- hiso un leve asentimiento con la cabeza- vamos a seguir siendo amigas pase lo que pase, ahora, ya te tranquilizaste ¿verdad?
-ajam
-entonces hay que salir, tú decides el lugar.
-solo quiero caminar- murmuró con su débil voz
-entonces solo caminaremos.

domingo, 19 de julio de 2009

10. Mentira

De nuevo recurrí al Vic VapoRub pero esta vez lo utilicé sutilmente.
-¿papá?- dije tocando la puerta de su despacho, mis piernas temblaban por el simple hecho de decir tantas mentiras en un solo día.
-¿Sí?
-¿Estas muy ocupado?
-No, ya casi acabo
-Es que…- ¡maravilla de pomada! Iba a tener que buscar más de esa, reaccionaba justo cuando lo necesitaba.
-No llores Chloe- dijo mientras me tendía sus manos
-Es que… tenías tanta razón, no vale la pena sufrir por alguien que no te merece…
-¡¿Qué te hiso?!- respondió con furia sabiendo perfectamente a quien me refería.
-Nada él no hiso nada…
-¿Y entonces?–preguntó más calmado
-Es que como ya no me hacía caso…
-Lo dejaste por la paz- concluyó mi padre
-Sip…- y me eche a llorar de nuevo
-Ya tranquila to…- en ese justo instante sonó su celular
-Bueno- respondió con voz severa, al otro lado del teléfono se escuchaba un breve parloteo – ahorita estoy ocupado.
-No te preocupes- le dije secándome las lágrimas con las mangas de mi sweater- ya me voy a dormir papi, gracias por escuchar…
Me dio un beso en la frente y me despidió con la mano cuando cerré la puerta.
La fase dos estaba completa, de seguro le ganaría la curiosidad a mi madre y le llamaría a Aaron, este, a su vez le preguntaría y entre los dos sacarían la conclusión de que había roto con Andrés.
Fui a mi cuarto y lo primero que hice fue prender mi computadora para hablar con Hallie, había prometido avisarle cuando hiciera “cosas estúpidas”. Me acosté boca abajo en mi cama y empecé a escribir:
-Hola!!
-hiciste cosas estúpidas verdad?
-Mmm… si consideras que llorar fingidamente enfrente de mi padre es estúpido, entonces sí
-Ay niña! Ahora si te pasaste, como se te ocurre…
-pues así nada más =P
- y como reaccionó?
-al principio tenía cara de matar a alguien pero creo que ahora esta feliz, ya sabes, a él no le cae bien Andrés
-Pues sí, no le gusta que su niña tenga novio
-Ay Hall, cuantas broncas te ahorras con tus papás
- Sipidipi
-por cierto, ya volvieron tus hermanos?
-No, faltan cuatro días más, ya los extraño mucho, aunque también me gusta le paz que se creó en la casa jiji
- que crees? Aly me llamo cuando llegue!, ay como quiero a esa niña jeje
-oye yo ya estoy muy cansada, mañana paso por tu casa vale?
- Ok, te cuidas eh?
- tú también, bye.
Tenía mucho sueño por el viaje pero aun me quedaba una cosa por investigar: mi sueño.
Puse mi buscador favorito y escribí:
Significado sueños, separación
Me aparecieron varias entradas, me metí a la más prometedora, decía:

Alejamiento beneficioso para estudiar y definir otra forma de vida.

Bueno, tal vez se refería a esta pequeña separación, decidí buscar más, pero casi todas las páginas decían lo mismo. Abandoné la búsqueda y me fui a dormir.
-Solo era un tonto sueño- me dije a mi misma mientras apagaba la luz- no es nada importante.

jueves, 16 de julio de 2009

9. Sueño

-¿Porque te fuiste a vivir con tu papá?- pregunto de repente Hallie cuando íbamos de regreso a casa
-¿eh?
-¿Por qué no te quedaste con Megan?
-¿a vivir?- oh, ni si quiera yo conocía la respuesta
-Si
-Bueno, no sé bien…
-Anda, dime
-Pues supongo que por conveniencia
-¿Cómo?- Hallie tenía verdadero interés en este asunto, y no iba a parar de preguntar hasta que le respondiera.
-Puede que parezca tonto, pero me gustaba la casa de Aaron y más aun las cosas que me regalaba.
-¿Y nunca pensaste en irte a vivir con tu mamá?
-Sí, pero luego conocí a Andres y me quede allá
-y ¿te hubiera… -la interrumpí a la mitad de la frase
-¿No crees que son demasiadas preguntas?
-Solo esta y ya- me suplico con esos ojitos tan tiernos con los que convencía a todos
-Está bien- le conteste de mala gana
-¿con quién crees que hubieras sido más feliz? ¿Con Aaron o con Megan?
-no se…- respondí si emoción alguna- bueno, ya deja de preguntar qué me voy a dormir
Hall respondió con un leve mugido que ignore.
Tuve un sueño extraño:

Estaba con Andrés en la misma plaza en la que me había dicho que se mudaría a ese lugar, tan horrible para mí. De la nada salieron unos brazos que lo jalaron hacia otra dirección, lejos de mí.
-¡¡No!!- quise gritar, pero no encontraba mi voz, estaba perdida junto con mi capacidad de reaccionar. Después de eso me quede inmóvil, atónita…
-Calma, todo va a estar bien- me dijo una voz hermosa, una voz que ya había oído antes pero que no lograba reconocer.
Algo raro y extraño me guiaba hacia la voz, era un tipo de lazo…

-Chloe, despierta, ya llegamos- dijo con ternura Hallie
-Ah, sí claro- dije mientras tallaba mis ojos, un hábito con el que luchaba desde niña.
-¿Cómo dormiste?, ¿Soñaste bonito?- No, fue el sueño más aterrador que he tenido.
-Aja- no quería que me bombardeara con preguntas, que apenas me estaba formulando yo misma.
Nuevamente Judy pasó por nosotras, primero fuimos a dejar a Hall a su casa, habría aceptado su invitación de pasar pero tenía que pensar.
¿Qué significaba ese sueño tan raro? Tal vez significaba como dejaría de ver por un tiempo a Andrés, o tal vez solo era otra de mis demencias.
Lo deje por las paz, tenía que desempacar y continuar con la farsa.
En eso sonó mi celular. Era mi mamá, tal vez había olvidado algo…
-Bueno…
-¡¡Clo!!- respondió Alyssa, ¿Pero qué…? – ¿tas ay?
-Si Aly, ¿por qué me llamaste pequeña?
-¡Te qiero!
-Yo más nena, ahora dime; ¿está ahí mamá?
-No, no ta, toy en tu cuato, ¿oie vas a regretzar?, te extaño mucho.
-No sé, pero el viernes voy a pedir permiso para ir contigo, ¿te parece?
-Sip
-¡Ya se!, podemos ir a comprar unas diademas para las dos
-mmm…- dijo en tono de reproche, podía hasta saber qué cara tenía en estos momentos- mejord pulsedas
-Pulseras me parece perfecto nena, oye, ya es hora de que te vayas a dormir, mejor mañana hablamos.
-Sipi- y colgó.
Como la adoraba, era tan linda y cariñosa, me agrada la idea de vivir con ella, pero ya tenía que ir a hablar con Aaron.

martes, 14 de julio de 2009

8. Regreso

Nos iríamos esa misma noche, ya había comprado los boletos, me hubiera encantado decirle a Andrés mi plan pero sabía que él no lo aceptaría que me mudara aquí, él solo deseaba que fuera lo más feliz que fuera posible, lo conocía bien y sabría que se opondría pero que terminaría cediendo, a él también le gustaría que yo me mudara aquí.
-Niñas, ya es hora de que se vayan o van a perder el autobús- replico mi madre
-Ya vamos ma- grite en dirección a ella
-Si señora, es que ya no hallamos como meter esto.
-¡Les dije que no trajeran tanta ropa!, ahora ya ni les cabe, pero me hubieran hecho caso y ya estarían allá…
-Ya entendimos mamá
-Ok, pero ya apúrense o se les va a hacer tarde.
- Esta bien señora
-Llámame Meg, Hallie
-Está bien.
-Si sigues distrayendo a Hall nunca llegaremos- reclame- ¡Eureka!
-¿¡Qué!?- preguntaron las dos al mismo tiempo
-Conseguí cerrar esto, ¡vámonos ya!- Ay mi madre!, con ella nunca conseguía llegar temprano, por eso había comprado boletos para media hora después de lo que le había dicho, así si llegaríamos a tiempo.
-¡¡Por dios santo!!, ¡corran niñas que ya vamos 20 minutos tarde!

domingo, 12 de julio de 2009

7. Manos a la obra

-¿Qué paso?- preguntó angustiada Hallie cuando llegue
-Nada, solo un ligero problemita que… -iba a decir que me molestaba pero en ese momento encontré la solución- ¡ya sé cómo resolver!
-Ok- respondió con un leve tono sarcástico
Era hora de poner manos a la obra, fui a nuestro cuarto, Hall me siguió impaciente.
-Bien, esto te está quedando realmente bonito, gracias- dije mientras extendía una enorme sonrisa en mi rostro.
Tocaron el timbre, estaba tan concentrada que me asusto pero en cuanto reconocí las voces de mi familia me levante para abrirles. Estaba a punto de hacerlo cuando pensé que sería una buena manera para empezar mi plan, fui en busca del Vick VapoRub, en cuanto lo encontré y sin pensarlo dos veces me lo puse en los ojos.
-Sígueme la corriente, ¿ok? – con lo único que me pudo responder Hallie fue con un asentimiento de cabeza, creo que le impacto la rudeza con la que me puse la pomada en los ojos, ahora ya llorosos; dolía horrible traer eso en los ojos pero estaba segura de que funcionaria.
-¡Ya voy mamá!- grite sollozando dramáticamente.
Abrí la puerta y sin mirar a Meg tomé en mis brazos a la pequeña Alyssa.
-¡Ay hermanita! ¡Ojala no sufras tanto como yo!
Las tres me miraban, mamá con interés, Hall confusa y Aly, ella solo se reía de la expresión de mi rostro, al parecer le resultaba gracioso.
-¿Qué te pasa Chloe?- pregunto Megan con ansias de saber, esto estaba funcionando a la perfección.
-Es que… es que… ¡duele tanto!- y me eche a llorar todavía más
-Dinos – esa era Hall, me sorprendió que todavía no entendiera.
-Está bien- hice una pausa y deje a Aly en el sillón- es que… tenía razón papá – por el cambio de mirada de Hallie supe de inmediato cuando me entendió- Andrés no vale la pena…
-¿¡Que!?- replicó sorprendida mi madre
-Sí, me dijo… él me dijo que…- y rompí a llorar- ¡ya no puedo más!
Salí corriendo a nuestro cuarto con Hall pisándome los talones.
-¿qué has hecho?- pregunto indignada en cuanto cerré la puerta
-Adelantar planes, solo eso
-¡Solo eso!- estaba empezando a enojarse- ¡casi me da un infarto! ¿Porque no me dijiste que ibas a hacer eso? Sabes muy bien que yo también tengo que saber lo que pasa, bueno no tanto pero esto si era importante y además…
-¡Hallie!- la interrumpí bruscamente antes de que siguiera con su monologo- ¡ni yo sabía lo que iba a hacer!
-Pero…
- Andres se va a mudar para acá… y yo no pensaba quedarme atrás, además ya me conoces, ¿de qué te sorprendes?
-¿¡Y porqué no me lo dijiste?!
-Porque no me dio tiempo- dije llorando, todavía traía la pomada en los ojos- ahora, si me lo permites, voy a quitarme esto de los ojos.
-¿Y cuando planeabas decírmelo?
-¿Decir qué?
-Que te vas a mudar para acá- respondió con tristeza, sabía que no duraría mucho sin llorar.
- No lo sé- respondí con franqueza, eso fue todo, con esas tres sencillas palabras se echó a llorar.
-Ya, tranquila, todo va a estar bien- la abrace instintivamente para consolarla
-Como quieres que este bien…- respondió entre sollozos- ya no te voy a ver..
-Claro que me veras nena, siempre voy a regresar a verte
-Pero no será lo mismo- empezaban a calmarse sus lagrimas, esta vez no habían durado mucho tiempo.
-Tienes razón- ahora las dos llorábamos sin poder parar las lagrimas que se derramaban

viernes, 10 de julio de 2009

6. Mudanza

Tomamos un taxi que nos llevo a una plaza, un poco pequeña para mi gusto.
-Esta es la plaza más grande de por aquí
-Creo que no conocen lo que es grande
Se empezó a reír despreocupadamente mientras me indicaba por donde era la entrada.
El lugar era bonito por dentro pero seguía siendo diminuto, nos dirigimos a lo que era el área de comida, era el lugar con más gente. Elegimos una mesa junto a un puesto de helados.
-Ahorita vengo- dijo ansiosamente antes de salir corriendo de ahí
¿Qué le pasaba? Solo cuando le dijimos a sus padres que éramos novios se había comportado así, pero ahora no había motivo del cual preocuparse, ¿o sí?
Me estaba preguntando precisamente eso cuando lo volví a ver, ya estaba más tranquilo pero de todas maneras nervioso.
-¿Quieres un helado?- no me gustaban mucho que digamos pero si eso lo calmaba…
-Claro
Se paro y trajo dos nieves, una de mandarina y la otra de fresa.
-¿Cuál?
No le respondí, simplemente agarre la de mandarina.
-Bueno… te tengo que decir algo- dijo dudando.
-De acuerdo dime antes de que te salgan arrugas- esto pareció tranquilizarle un poco.
-Es que…
-dime- le dije en tono acusador
-Bueno es que mis padres han decidido mudarse…- hiso una corta pausa y continuo- cerca de aquí
¡Qué! ¡No! ¡Esto tenía que ser una broma! No, él no debía mudarse, él NO podía, ¡no podía estar lejos de él! ¡Esto no podía estar sucediendo!
-¿Cielo?...- no pude distinguir qué era lo demás que me dijo, todo se volvió confuso, era como si una burbuja gigante me atrapara impidiéndome escuchar o hablar cualquier cosa. Luche para salir de ese lugar pero cada vez que intentaba romperla parecía que se hacía aún más diminuta, solo cuando me tranquilicé, pude escuchar lo que me decía Andrés.
-¿Chloe?, ¿ya estas mejor?- preguntó esperanzado
-Un poco- dije con voz lastimosa
-Si tú lo dices…
No me había dado cuenta de en donde estábamos, hasta ahora; no sé cómo pero estábamos ya en su departamento.
-Tengo que irme
-¿Quieres que te acompañe?
-No, gracias, necesito… - ¿qué le podía decir?- pensar en cómo resolverlo…
-Ah, claro- respondió desanimado
Cuando salí del edificio alcancé a oír como la tía Kate le preguntaba:
-¿Ya le dijiste?- tratando de disimularlo.
No quería seguir escuchando, tenía que encontrar una solución así que me dirigí a la casa de Meg.

miércoles, 8 de julio de 2009

5. Querétaro

El sábado en la mañana llame a Judy para que ella nos llevara a la central de autobuses, nuevamente Aaron lo había cancelado.
-Y ¿ya le llamaste?- me preguntó Hallie
-Sí, ya lo arregle todo, ¿segura que no te importa quedarte encerrada en la casa?
-No, como crees, tengo tarea así que me la pasare haciéndola y aunque termine aun me queda decorar ese cuarto que dices
-Gracias, no sabes cuánto te agradezco que hagas todo esto por mí
-Encantada de servirle señorita- respondió con la mano en el corazón.
Si este plan funcionaba lo único que me dolería dejar atrás sería a Hall, ella hacia todo por mí y yo todo por ella, éramos amigas desde pequeñas, habíamos compartido todo tipo de secretos, ella era mi confidente.
Llegamos a la casita de Megan, era todo lo contrario a mi casa; esta casa era absolutamente pequeña pero con un gran jardín, era un poco vieja y de estilo rustico. Mamá había cambiado su departamento en a ciudad por esto.
La casa consistía en una pequeña sala y comedor, tres cuartos, una mini cocina y dos baños. El cuarto que nos habían preparado era el más grande, de hecho era el único en el que podíamos caber las dos junto con todas nuestras maletas. Eso sí, el jardín era hermoso en el que había millones de flores de todos los colores, si te acostabas en el pasto podías ver el cielo en su plenitud, escuchar cada insignificante sonido. Todo era bello en aquel gigantesco lugar en el que te podías perder.
Me tenía que apurar si quería ver a Andrés así que deje atrás el deseo desesperado de ir a ese lugar, moría de ganas por verlo.
-Sí, anda ve, yo aquí te espero- había dicho Hallie mientras le decía que me iría
-Gracias
En cuanto dijo eso salí corriendo de ahí. Me sorprendió lo linda y pintoresca que era la ciudad, no creía posible pasarla bien aquí por ser un lugar pequeño pero me estaba agradando cada vez más la idea de vivir ahí.
Ya casi llegaba, había ido caminando para conocer mejor el lugar, solo me faltaba una cuadra cuando sonó mi celular.
Era un número desconocido, pero aun así conteste.
-Bueno
-eeemm… uhmm… ¿esta Felipe?- dijo la voz de un joven, era una voz absolutamente hermosa, era grave pero a la vez dulce y cortes.
-No, lo siento no lo conozco, te debes de haber equivocado de número- respondí un poco nerviosa
-ohh… gracias- y colgó, no sé por qué dije tanto, siempre que era número equivocado hablaba bruscamente y colgaba en cuanto le decía que se habían equivocado.
Tenía que seguir con mi recorrido, seguí caminando hasta que llegue; Andrés estaba esperándome en la puerta del edificio.
-Por fin llegas Chloe, estaba a punto de llamarte
-Es que me vine caminando
-Me hubieras hablado y yo iba por ti cielo
-No lo había pensado- respondí mientras una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro
- Bueno… y ¿qué quieres hacer?
-No sé, y ¿tú qué piensas?
-Yo mmm… pienso en ti- respondió a la travesura de mi corazón
-Ya enserio, ¿a dónde se te ocurre que podamos ir?
-Conozco un lugar al que te encantaría ir
-Pues vamos

martes, 7 de julio de 2009

4. Una idea genial

La mañana siguiente fue ligeramente mejor, me desperté a medio día, le llamé a Hallie para que viniera y me sacara de aquí. Acudió enseguida, mi voz debía sonar muy deprimente. Me espero en mi salita en lo que yo me cambiaba, me puse una playera aguada y mis jeans rotos.
-¿Cuándo hiciste este cuadro?- preguntó en cuanto baje
-Ayer lo termine, ¿por?
-Siento no haberte acompañado… - me acerque al cuadro, no podía siquiera creer que yo hubiera hecho eso, era asombroso, estaba lleno de tristeza pero a la vez de esperanza, esperanza de que esto cambiara pronto, odiaba sentirme débil.- pero ve el lado bueno, hiciste un gran mar- me abrazo en cuanto vio mis ojos vacíos, no sabía que decir o pensar siquiera, todo lo que sentía lo había reflejado en aquel mar.
-Nos vamos ya- exigí más que preguntar
-No piensas en ir con eso, ¿verdad?- pregunto ansiosa
-No lo sé- respondí con honestidad
-Mmm… vamos te ayudare a vestirte
No quería entrar otra vez al armario, era un poco deprimente, pero tenía que poner buena cara si quería subirme los ánimos. A las dos nos encantaba mi ropa, a veces nos pasábamos todo el día jugando con ella, probándonos cosas y experimentando con nuevas combinaciones.
Fuimos a una nueva tienda, era de vestidos para fiestas.
-Tengo que comprar uno- explico- van a ser los quince años de mi prima
Nos sumergimos en una búsqueda intensiva hasta hallar un hermoso vestido negro de tirantes. La caza de vestidos me levanto mucho el ánimo y al final del día me compre una bonita pulsera que quedaba muy bien con mi vestido rojo. Tal vez estar separados no fuera tan malo, no estaríamos siempre así, a lo mucho un mes, además él me había prometido que vendría cada fin de semana que yo no pudiera ir para allá.
Fuimos a otra tienda, solo para ver que nos encontrábamos. Hallie estaba viendo un pantalón cuando mi di cuenta de algo grandioso.
-¡Ya se!- grite con ánimos – ¡tienes que ayudarme Hall!
-Sí, te ayudo, ¿pero a qué?
- A convencer a Aaron
-¿Pero cómo?
-Con ingenio Hall, haremos que mi padre piense que me enoje con Andrés, así me dejará irme con mi mamá ¡y podré verlo cuando quiera!- el plan ya se estaba formando en mi mente.
-¿Y cómo haremos que nos escuche si nunca esta?
-Eso es por lo que te necesito, ¿crees que tus papás te dejen ir conmigo un fin de semana a Querétaro?
-A lo mejor, tienen un campamento mis hermanitos y papá planea llevar a mamá a un restaurante esa noche.
-Perfecto, tu pide permiso, Aaron me va a llevar esta vez a ver a mi hermanita y a Meg.
-Ok haré lo que pueda.
No hubo cosa esa tarde que me quitara la gran sonrisa de mi rostro.
Hall no tuvo que suplicar mucho para que la dejaran acompañarme, y papá estaba alegre de que fuera ella la que me acompañara y no Andrés.

3. Depresión

Al llegar a México seguía pensando en cómo podría verlo más seguido, era casi imposible, Andrés no tenía coche, a mi me faltaban tres largos meses para sacar mi permiso y estaba totalmente segura de que no me llevarían a diario a Querétaro
-Lo siento mucho- susurro Judy en cuanto me vio dándome a la vez un gran abrazo que en estos momentos me hacía mucha falta, necesitaba urgentemente levantarme el ánimo, tal vez alguien me podría acompañar de compras, un rato solo para chicas, llegando a casa arreglaría eso, pensándolo bien, lo mejor sería encerrarme en mi cuarto y hallarle una solución a todo esto.
Aunque Judy me caía muy bien solo podía verla como la asistente de “papá”, más bien era mi asistente, me llevaba y traía a todas partes, me ayudaba con proyectos, me daba consejos y también le decía a papá todo lo que yo no quería decirle. Consideraría visitar a Hallie mañana para levantarme el ánimo. Pero ahora solo quería llegar a mi cuarto.
Una vez a en mi habitación me dirigí inmediatamente a mi armario y no salí de el hasta el amanecer con los ojos completamente secos por todas las lagrimas derramadas.
Debía hacer algo, no podía estar de un lado para el otro como un muerto, tenía que haber otras cosas que hacer, tenía que salir y tratar de componerme para que no se notara tanto mi depresión. Llamaría a Hallie, ella me comprendería, o al menos lo trataría, la conocía perfectamente y sabía que me apoyaría con cualquier locura que quisiera. Por desgracia Hallie estaba ocupada cuidando a sus dos hermanitos pequeños: Jack y Molly, aunque podía acompañarla pero no sería lo mismo, yo no sería capaz de hablar sobre él mientras dos pequeños estuvieran presentes.
Ya era lunes, el primer lunes del verano, no tenía otra cosa que hacer más que volver al armario, pero no podía hacer eso de nuevo, me dejaba agotada. Decidí irme a mi salita para dedicarme un poco a mis pinturas, agarre mi pincel favorito, le puse azul marino encima y empecé a pintar. Se hizo de noche pero no me importo, estaba descargando todo lo que sentía en ese lienzo, formando un mar. Después de agotadores días, de comer y dormir poco y solo cuando era realmente necesario, lo acabe, me fui a dormir sin siquiera mirar mi obra, eran la tres de la madrugada, me había llevado tres días enteros en terminarlo y estaba cansada.

lunes, 6 de julio de 2009

2. Hasta luego

No tuvimos que esperar mucho tiempo afuera en lo que pasaban por nosotros, su tía era una persona muy puntual, todo lo contrario a mi papá, él se hubiera tardado horas en llegar, poniendo como pretexto que tenía mucho trabajo, aunque, pensándolo bien seria genial pasar ese tiempo con Andrés a solas, sin hermanos fastidiándonos o cualquier otro familiar.
Su tía Kate me caía muy bien, ella y mi madre eran las únicas que no nos interrogaban en cuanto nos veían, aunque, claro Megan solo había visto dos veces a Andrés.
Después de salir de mi burbuja en la que solía meterme cuando pensaba, me di cuenta de recorríamos una avenida muy familiar, me sabia a la perfección en donde se encontraba cada tienda y donde se podía encontrar cualquier chuchería que quisieras.
-¿Qué estamos haciendo aquí?
-Bueno, Chloe, por aquí es la casa que rentaron Clarisse y Derek- me respondió tiernamente la tía Kate. Ella insistía en que le dijera tía Kate se supone que era para suavizar las cosas, pero yo no podía pedir eso a cambio, no me gustaba que les dijera Clarisse y Derek a los padres de mi novio.- es justo ahí, yo también vivo ahí ¿sabes?
-No, no lo sabía
¡No podía creerlo! Iban a estar tan cerca de mi mamá, eso era genial, si no me dejaban quedarme en su casa, o mínimo en el de la tía Kate, simplemente me podía quedar con Meg. Solo había unas cuantas cuadras, para ser exacta, solo había siete cuadras de distancia. Reí de puro gozo.
-¿Qué es tan divertido?- me pregunto ansioso Andrés
-Pues que yo sé en donde estamos, estamos a escasas cuadras de la casa de mi mami.
Lo entendió tan rápido como yo.
-¿Crees que…?
-No sé, tengo que hablar primero con ella, pero ya no puedo esperar…
Saque mi celular, el blanco, ya que también era un radio que me facilitaba la comunicación con mamá.
Llame a mi mamá y dijo que ella estaba de acuerdo y que me desocuparía la habitación de huéspedes. Qué bien, ya había convencido a mami, ahora quedaba lo más difícil; convencer a mi papá.
Ya habíamos llegado al departamento de la tía Kate y había pedido prestado su teléfono.
El problema con Aaron es que él no sabía que tenía novio y pensaba que estaba aquí con una amiga y no con Andrés. Mi papá dijo que no habría problema en que me fuera las vacaciones pero que tenía que hablar primero con los papás de mi “amiga” e informarles que mi mamá también estaba ahí.
Mientras tía Kate hablaba con él yo no podía parar mi pierna. Cada vez vibraba con mayor rapidez.
-Ya, tranquila, no va a pasar nada malo, solo es tu papá
-Es que no conoces muy bien a Aaron- respondí a su pregunta gruñéndole, solía ponerme de ese humor cuando tenía que decirle cosas importantes a mi padre.
Espero poder algún día llegar a suprimir esa conversación de mi mente; mi padre, como era de esperar, se opuso inmediatamente a cualquier cosas que tuviera que ver con un niño, él me creía todavía niña, por suerte Penélope fue más comprensiva y me prometió que trataría de convencerlo. Como mi padre estaba tan… raro decidí que no era el mejor momento para pedirle quedarme en la casa, si quiera de mi mamá así que tuve que despedirme de todos e irme repentinamente para alcanzar ese tonto autobús que me enviaría lejos de mi felicidad, o al menos de la alegría permanente.

1. Dos años

Hoy se cumplían dos años, los dos años más felices de mi vida, dos años en los que había amado con todo mi corazón a Andrés, el amor de mi existencia, pero no era momento de pensar en él, tenía que concentrarme en mi clase de natación aunque sería muy difícil no pensar en el en esta fecha tan importante, era nuestro aniversario, un día como este nos habíamos conocido y de inmediato enamorado perdidamente.
-¡Chloe! Presta atención a la clase, si no te interesa te puedes ir, aquí solo ay lugar para los que se esfuerzan.
-Si.- respondí desanimada, blag, ya no aguantaba a ese maestro, por suerte la clase estaba a punto de acabar.
Quince minutos después el maestro dio por acabada la clase, salí del agua y no supe que hacer cundo no lo vi cerca de ahí, se supondría que me esperaría, tal vez ya se había ido, un poco preocupada me fui a los vestidores. Por milagro del cielo él estaba justo en la puerta a la que me dirigía; me refugie en sus brazos olvidándome por completo que estaba empapada y que aún conservaba la toalla enredada bajo mis brazos.
Me dedico una de esas sonrisas suyas tan amadas, me aparto de pelo de la cara y me recordó dulcemente al oído que tenía que cambiarme.
Con la misma rapidez con la que me había lanzado a sus brazos, entre al vestidor. No recuerdo con exactitud cómo es que salí de ahí pero lo hice. Él ya no me esperaba afuera de los vestidores, en vez de eso estaba donde debería de estar: en la salita de espera.
Me lancé nuevamente a sus brazos, ¿acaso sería capaz de evitarlo algún día?, me abrazó y me sonrió.
-Tengo algo para ti- susurro suavemente a mi oído
Alce la vista y observe atenta a lo que intentaba sacar de su mochila, cuando lo logro, le sacudió algunas basuritas de encima- él siempre tan desordenado- y me lo entrego.
Me quede muda al ver la delicada forma de la cajita, tenía unas pequeñísimas piedras incrustadas que brillaban un poco con el reflejo de la luz, no era gran cosa, pero aun no podía creer que él me diera algo, era la primera vez que lo hacía y yo sabía porque; le había dicho estrictamente que no me gustaban las sorpresas, pero en el fondo realmente las adoraba.
-¿Te gusta?- me preguntó al notar mi reacción
-Me encanta, es tan hermosa- hice una pausa para admirar la cajita nuevamente- ¿de dónde la sacaste?
- La hice yo- me respondió orgulloso y como no le creí, me confesó: -bueno, me ayudo un poco mi hermana
-mmm
-Está bien, me ayudo bastante, ¿contenta?
-Siempre lo estoy cuando te encuentras a mi lado- respondí mientras le rozaba la nariz con mis dedos.
-Bueno, creo que ahora debemos decir adiós,- dijo con una mueca, resultaba de lo más divertido que, después de llevar un tiempo razonable de estar juntos, todavía no me acostumbrara a todos sus gestos- no puedes perder ese autobús.
-Sí, sí puedo- conteste automáticamente, no quería perderlo de vista ni por un segundo
-Corrección; puedes pero no deberías
-¿Por qué no?
-Porque te están esperando en casa, cielo.
-mmm…,¿sabías que también tengo una casa aquí?
-Sí, si lo sé, es la casa de tu mamá, ¿Megan, verdad?
-Sip
-De todas formas no deberías hacerle eso a tus padres- me reprocho
-No le estoy haciendo nada, solo cambie de idea sobre con quien me quiero quedar estas vacaciones- le explique con una sonrisita tonta que no me la podía quitar de encima.
-Ya se, vamos con mi familia y llamamos a la tuya desde ahí- yo ya había empezado a hacer figuritas con mis, tan familiares manos parlanchinas, así que él no pudo más que sonreír y seguir explicándome su plan- si están de acuerdo, tanto tu mamá como tu papá, entonces te puedes quedar en la casa que vamos a rentar en lo que estamos aquí.
Mmm..
-Una tentadora, alternativa
Y con esa última frase metí la hermosa cajita a mi mochila, esperando que no se quebrara su fino cristal.

Prólogo

¿Como saber que en unos pocos segundos se cambiaría mi modo de ver las cosas?¿Como saber el giro tan drástico que daría mi vida a partir de ese momento? Yo nunca habría imaginado que ese cambio, al principio tan horrible, pero ahora tan hermoso sería la razón de mi ser, la razón de seguir aquí...